Felipe, a portagayola

Felipe González, que venía acudiendo a estos cónclaves socialistas con cierto desdén desde que se retiró de la política activa, salió del jarrón chino, se puso el traje de líder histórico del PSOE –ZP no le llega ni al talón- y la eclipsó por completo

Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai

La Conferencia Municipal que celebró el PSOE el fin de semana arrancó con una noticia muy relevante: la ausencia de Susana Díaz. En esta ocasión, la lideresa andaluza no tenía gripe, como le ocurrió en la Conferencia Autonómica de Valencia del pasado mes de enero, sino mucho trabajo. En fin, ya se sabe, es una presidenta muy curranta en la comunidad autónoma con menos curro de España.

Pero mira por dónde, Felipe González, que venía acudiendo a estos cónclaves socialistas con cierto desdén desde que se retiró de la política activa, salió del jarrón chino, se puso el traje de líder histórico del PSOE –ZP no le llega ni al talón- y la eclipsó por completo. La presencia de Felipe vale más que la ausencia de Susana, ¿no? Felipe González, que nunca ha dado puntada sin hilo, apoyó abiertamente al secretario general de su partido, Pedro Sánchez, pese a que reconoció que  votó a Eduardo Madina en las primarias de junio, se puso a su entera disposición para lo que haga falta y reclamó a todo el PSOE que haga lo propio.

Con esta declaración tan tajante, a portagayola, el sevillano defendió algo que forma parte de la cultura más elemental del PSOE: la unidad de acción frente a un proceso electoral. No ofreció ninguna fórmula mágica; simplemente, recordó un principio básico del socialismo democrático español que ha regido desde la restauración democrática con cierto éxito y que ahora se tambalea.

Es verdad que, de camino, Felipe González se cargó las primarias de julio y reventó la estrategia de ‘perro del hortelano’ de Susana Díaz, que está arrastrando al PSOE-A, por “un problema personal” inescrutable con Pedro Sánchez, a una posición insólita, arrogante e insolidaria frente al PSOE. De poco o nada le va a valer a la lideresa andaluza erigirse en la única portavoz a los barones socialistas, en un disco dedicado e impostado redactado para contrarrestar el llamamiento  a la unidad del ex presidente del Gobierno en torno al legítimo secretario general de los socialistas españoles. A partir de ahora, en Andalucía, Susana Díaz tendrá en frente a Felipe González, que, aunque vaya por la vida de jarrón chino, no deja de ser el líder histórico más importante del PSOE y un político con mucha credibilidad entre los socialistas andaluces. Más le valdría a Susana Díaz empezar a recoger velas y salirse de un jardín en el que las cañas se pueden convertir en lanzas.  

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN