UPyD y Ciudadanos

Rosa Díez perdió en su momento la oportunidad de alcanzar un acuerdo entre iguales con Rivera que ahora no es posible ante la grave descomposición que está sufriendo UPyD

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Desde hace tiempo se veía venir que Ciudadanos iba a ser a UPyD lo que Podemos puede ser a IU. Los resultados de las elecciones andaluzas han confirmado esta tesis. El partido de Albert Rivera, con un candidato casi desconocido, ha logrado 9 escaños mientras que el de Rosa Díez, con un cabeza de cartel más rodado, se ha estrellado estrepitosamente y no ha conseguido ninguna representación en el Parlamento andaluz. De inmediato, como consecuencia de estos resultados, UPyD se ha instalado en una crisis irreversible que llevará a esta formación, por la vía del goteo de dirigentes y militantes, a ser absorbida por Ciudadanos más pronto que tarde.
Rosa Díez perdió en su momento la oportunidad de alcanzar un acuerdo entre iguales con Rivera que ahora no es posible ante la grave descomposición que está sufriendo UPyD. Lo último ha sido la tocata y fuga de Toni Cantó, que ha dejado su acta de diputado y ha renunciado a encabezar la candidatura en la Comunidad Valenciana a poco más de un mes de las elecciones autonómicas.
La crisis que sufre UPyD es atribuible a un modelo de partido hecho a imagen y semejanza de su lideresa. Es una especie de partido de autor que ha empezado a declinar justo cuando la figura de Rosa Díez ha sido eclipsada por Albert Rivera. Esto suele ocurrir cuando un partido se instala en el personalismo por encima de otras cuestiones. Ya le pasó al CDS con Adolfo Suárez. En el PSOE-A, con Susana Díaz, existen síntomas preocupantes de esta misma dolencia política.
Además, en el caso de UPyD, la ambigüedad ideológica está jugando finalmente en su contra. En el pasado, esta le sirvió para pescar en caladeros electorales muy dispares, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha.  Pero ahora, con unos Ciudadanos que opera sin complejos en el centro-derecha y con Podemos convertido en el principal sumidero de voto socialista, el partido de Rosa Díez se ha quedado sin espacio y aparece como un partido absolutamente prescindible.   Rivera, con mucho sentido común, no pocas propuestas interesantes que denotan la existencia de un proyecto serio y mucho menos personalismo, está llevando a Ciudadanos a posiciones muy templadas que puede convertirlo en la derecha moderna y moderada, alejada de las añoranzas franquistas y de los tics autoritarios que exhibe casi a diario el PP, que España lleva tiempo esperando y necesitando.

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