Doble rasero

Está bien que los tribunales de justicia no den tregua al enchufismo. A ver si ahora entran a saco con el cuerpo de asesores y medio pensionistas colocados por todos los partidos a lo largo y ancho de la geografía española

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En las elecciones municipales de 1999, el Grupo Independiente Liberal (GIL) arrasó en La Línea. Logró 17 concejales de 25. El ‘tsunami’ se llevó por delante a uno de los mejores alcaldes que, en mi modesta opinión, ha tenido esta ciudad, el popular José Antonio Fernández Pons. Al día siguiente de los comicios, una señora se coló, con todas las herramientas de trabajo -cubo, fregona, recogedor, escoba, etc.-, en la Casa de la Cultura para “tomar posesión de mi puesto de limpiadora”. Esta fue la punta del iceberg del llamado ‘caso de los contratos’. Un acto de enchufismo masivo -más de 100 militantes y simpatizantes del GIL fueron colocados en el Ayuntamiento- que acabó en 2012 con la inhabilitación por siete años para desempeñar cargo público del alcalde, Juan Carlos Juárez, y los concejales Manuel Aguilera y Alfonso González Carbonell –todos ya acogidos en el seno del PP-. Es verdad que al final el Supremo sólo les atribuyó irregularidades en nueve contrataciones, realizadas  sin anuncios públicos o selección alguna “sólo por ser miembros del GIL, e incluso algunos de ellos que se habían presentado en las listas del partido y no habían sido elegidos”. Pero no es menos cierto que estamos ante uno de los casos más graves de enchufismo de la provincia de Cádiz.
Cuento esto, porque el Supremo ha condenado recientemente al ex alcalde de Jerez, Pedro Pacheco,  a cinco años y medio de cárcel por la contratación irregular de dos personas. El Alto Tribunal incluso amplió un año y medio la condena del primer edil dictada por la Audiencia Provincial de Cádiz y también la de los dos beneficiarios del acto de enchufismo, José López y Manuel Corbacho, dos destacados militantes del partido de Pacheco. Está bien que los tribunales de justicia no den tregua al enchufismo. A ver si ahora entran a saco con el cuerpo de asesores y medio pensionistas colocados por todos los partidos a lo largo y ancho de la geografía española. Pero que lo hagan aplicando el mismo rasero. No es de recibo que Pacheco esté con un pie y medio en la cárcel por dos contrataciones irregulares, y otros se vayan de rositas con una simple inhabilitación por una morterá. Ese doble rasero desprestigia la acción de la justicia.Por cierto, cuando entre en la cárcel, estaré entre los que le llevarán tabaco. Bueno, mejor una guinness. Mi afecto personal sigue intacto para quien fue uno de los mejores alcaldes de España pese a sus errores

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