La parroquia de Cartaya, propietaria de los terrenos donde se asienta la antigua Cruz de los Milagros, sita en la barriada a la que da nombre, y actualmente abandonada y semiderruida, se ha propuesto restaurar dicho edificio histórico para devolverlo a su original apariencia.
Así lo ha explicado a VIVA LA COSTA el actual cura párroco de Cartaya, Manuel Domínguez Lepe, quien ha adelantado que por el momento hay “sintonía” entre las tres partes implicadas: el Obispado de Huelva, propietario subsidiario de los terrenos, el Ayuntamiento de Cartaya y los vecinos de la zona.
En declaraciones a este periódico, Domínguez Lepe ha asegurado que aunque “por el momento lo que hay sobre el tema son muchas ideas”, su intención es “reconstruir y recuperar la ermita, que aunque es pequeñita, tiene mucho encanto, es un bien patrimonial del municipio, y mucho valor sentimental para los vecinos de la barriada de La Cruz de los Milagros”. Y es que, sobre todo en el caso de los vecinos -prosigue-, “la recuerdan con muchísimo cariño”.
Por otra parte, ha asegurado, con la reconstrucción y recuperación del edificio los propios vecinos, así como las hermandades de la localidad, “ganarían una especie de espacio para usos múltiples que podrían usar para realizar numerosas actividades”.
Del edificio original solo se conserva actualmente, y en pésimas condiciones, su estructura vertical, ya que la cúpula de su única nave central hace ya varios años que se derrumbó.
UNA LARGA HISTORIA QUE PODRÍA DESAPARECER
Según el libro que sobre la historia de Cartaya escribieron los Hermanos Corpas "esta pequeña ermita dedicada a la Santa Cruz fue construida a expensas de los devotos don Agustín Vázquez Castillo y don Cristóbal Vázquez el año 1820, según consta del testamento otorgado por don Agustín Vázquez y su mujer doña Inés Bermejo en 15 de julio de 1829. En este lugar había una cruz rodeada de álamos que llamaban Cruz de Malta y es tradición existió bajo la dominación árabe. La capilla es cuadrada, cerrada con una bóveda y un pequeño pórtico a su entrada, que se cayó el año de 1883 y se volvió a edificar por la devoción de don Pedro Zambrano Beltrán, acaudalado vecino de la villa muerto en La Habana poco después".
Dada la fecha en la que escriben los Corpas, un historiador local consultado por VIVA piensa que “podemos conceder bastante credibilidad a los hechos que relatan del siglo XIX, pues les quedan cercanos”. Diego Corpas nace en 1841 y muere en 1911. Su hermano Manuel Corpas nace en 1854 y muere en 1920.
Pero “no ocurre lo mismo con los datos que se refieren a épocas muy antiguas -prosigue- como lo que dicen de la dominación árabe”.
En este sentido, este estudioso local opina que “es fácil que sea cierto lo de que antes de la ermita hubiera una cruz rodeada de álamos, pero que eso remonte a tiempo de árabes no parece factible”.
Por todo ello concluyer que “posiblemente la calle Cruz de los Milagros fuera parte del camino antiguo de entrada al pueblo desde Lepe, por lo que cuadra que hubiera esa cruz (solía haberlas en las entradas), luego reemplazada por la ermita”.
No obstante este mismo experto afirma que la información disponible en estos momentos es escasa.
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