Sánchez Ruda restaura en Las Angustias de Ayamonte el retablo de ‘Las Ánimas Benditas’

Después de un estudio fotográfico para hacer un balance de la situación en la que se encuentra el lienzo, ha realizado una limpieza general y busca zonas deterioradas para su fijación. La iniciativa parte de la familia Vázquez Berrones

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  • Trabajos de restauración -

La charla no ha tenido lugar en esta ocasión en una céntrica cafetería de la ciudad, ni en el estudio del artista, ni tan siquiera en una galería de arte, aunque quizás para algunos el punto de encuentro se podría considerar, si no una galería, si una zona de concentración de obras de arte en sus más diversas manifestaciones.

Y es que en esta ocasión la charla tuvo lugar en lo alto de un andamio, en una zona no destinada a gentes ya falta de reflejos, ni siquiera con algo de vértigo. Para el momento ha sido necesario ascender a lo alto de un andamio frente al retablo de ‘Las Ánimas Benditas o de San Miguel’, obra del autor ayamontino Joaquín González-Saez, que se encuentra en estos momentos en fase de restauración por la pintora-restauradora sevillana, aunque afincada en Ayamonte desde hace algunos años, Carmen Sánchez Ruda.

Esta mujer, que ya fue autora del cartel ayamontino de la Semana Santa de este año 2014, tiene en su haber la restauración de las imágenes de la Virgen de las Angustias de Ayamonte, la Virgen de la Blanca de Villablanca o San Benito del Cerro, entre otras muchas tallas. Esto da una imagen de su prestigio, y la consagra como una autoridad en esto de la ‘reparación’ de las obras sacras de los pueblos de nuestra provincia.

De sus manos han salido las mejoras de obras emblemáticas tanto públicas como privadas, cuadros de distinto tamaño y ese fresco de 8 por 2.50 metros que ‘arrancó’ de la pared antes de la ampliación del actual ayuntamiento ayamontino y que hoy descansa en los almacenes municipales.

Es un placer escuchar a Carmen como se olvida de todo y se sumerge en ese trabajo paciente de darle vida a una obra, en este caso un lienzo, que estaba ya bajo los efectos de una enfermedad que poco a poco nos alejaba del disfrute y goce de admirarla públicamente. Con una paciencia y un conocimiento al detalle de cada figura, cada adorno, cada centímetro de una composición que hace muchos años fue referencia en este templo del culto que se le rendía a los muertos por estas fechas, a través de oficios religiosos celebrados a sus pies.

Después de un estudio fotográfico para hacer un balance de la situación en la que se encuentra el lienzo, ha realizado una limpieza general y busca zonas deterioradas para su fijación. Con un esmero propio de su calidad está haciendo la limpieza para aclarar las zonas donde el barniz oxidado lo oscurece, con lo cual tiene allanado el camino para dar estuco a las zonas deterioradas, y así poder hacer una reintegración cromática con pigmentos al restauro.

Carmen dejará para el final el arreglo del marco, que data de 1620 y que es el único original que se salvó de la destrucción en 1936. Quizás cuente con la colaboración del artista ayamontino Pepe Garcés para hacer y colocar las piezas que faltan en la base de las pilastras. A la hora del dorado quizás se vea complementado con la aportación de ambos artistas.

Para finalizar, destacar que la iniciativa de esta restauración parte de la familia Vázquez Berrones, hijos de quienes a principios de la década de los cuarenta sufragaron los gastos de esta obra para reponer la original, pasto de las llamas a finales de los años treinta del siglo pasado. Una acción de agradecer, por cuanto mantiene vivo y en las mejores condiciones el patrimonio de los ayamontinos.

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