Hace unos años, las agujas del reloj del instituto parecía que no se movían, las tardes de hincar codos delante del libro se hacían infinitas. Ese recuerdo está quedando cada vez más atrás gracias a profesores como Juan Naranjo, más conocido como Juanito Libritos. Este docente, natural de Torremolinos, imparte Historia en el IES Las Lagunas (Mijas) desde hace dos años y en los últimos días se ha convertido en un referente gracias a su ingeniosa y divertida idea para explicarles a sus alumnos la Edad Media. Esta técnica se basa en la gamificación, es decir, usar el juego para enseñar a los alumnos.
Las primeras semanas del curso, el alumnado de de 2º de ESO-B se ha embarcado en la apasionante y compleja historia de la Alta Edad Media. “Mis clases suelen ser bastante distendidas y, cuando estábamos hablando del final del Reino Visigodo en la Península Ibérica, nos dio por pensar que fue una época en la que se pasaban el día a la gresca”, cuenta Juan. Es en ese momento cuando surge la idea: crear un grupo de WhatsApp en el que cada nuevo conquistador pasase a ser el administrador que echaba al anterior.
Dicho y hecho. Cada alumno escribió un pequeño guión aportando frases e ideas que cada pueblo (suevos, visigodos, francos…) pudieran decir en el caso de que se encontrasen frente a frente con el pueblo enemigo. El siguiente paso fue exponer en clase estos guiones para elegir las mejores frases en las que “usamos emojis, imitamos por escrito acentos y seleccionamos alguna broma histórica”. El paso final fue repartir los papeles y escribir un guión conjunto. El resultado final se conoce con el nombre de “Península Ibérica: Alta Edad Media”. Éxito total.
Alumnos contentos
La reacción de los alumnos ha sido de lo más positiva. “A todos les entusiasmó la idea desde el principio. Son nativos digitales y, para ellos, cualquier actividad que implique el uso de las pantallas tiene un componente lúdico y atractivo que les fascina”, explica Juan.
“Esta idea, cristalizada en cuatro pantallazos de móvil, esconde una gran labor por parte de los alumnos y su profesor. “Hemos invertido muchas horas en idear, organizar, pulir, corregir, reescribir… Siempre tratando que el trabajo sea coral y sin olvidar que la finalidad no es solo divertirnos, sino repasar y asentar ideas”, declara Naranjo.
“Siempre intento que mis alumnos y alumnas me sientan como alguien cercano, en quien puedan confiar. De esta manera, puedo intuir por dónde puedo “atacarles” para enseñarles los contenidos”, cuenta el docente.
Aunque admite que se han cometido algunos errores, esta “obra de teatro” particular ha quedado perfecta. La historia tiene un claro final: los musulmanes, que entraban en la península de paso, fundan Al-Ándalus y se quedan ocho siglos. Solo queda esperar que los conocimientos que han aprendido estos alumnos no solo pasen de visita por su cabeza y duren casi tantos años como duró Al-Ándalus.
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