Es motivo de orgullo conocer en estos días que Andalucía se encuentra a la cabeza en España en cuanto a trasplantes de órganos lo que da cuenta del alto grado de generosidad de los andaluces así como de la idoneidad del dispositivo establecido para llevarlos a cabo. Por tanto, estamos ante un nuevo hito de la sanidad pública de nuestro comunidad. Se trata de toda una distinción que demuestra de lo que se es capaz en esta tierra cuando se marca un plan de trabajo, una hoja de ruta específica que facilite la consecución de los objetivos que se determinen a lo largo del tiempo. La donación de órganos se ha instalado en la conciencia de los ciudadanos mientras que el dispositivo sanitario correspondiente se sitúa a la altura de esa vocación altruista diseñando todo un mecanismo de respuesta sumamente complejo, y que, a la vista de los resultados, funciona a la perfección. El hecho es que se baten récords y somos ejemplo, al menos, en esta materia, en todo el mundo.
Algo de eso debería suceder,igualmente, con una de las lacras que sufrimos en esta tierra como es la alta siniestralidad laboral. Un fenómeno que se ha intensificado en los últimos años coincidiendo, eso sí, con lo peor de la crisis económica que atravesamos. Sólo en el pasado año, cada tres días una persona perdía la vida y otras tres sufrían accidentes graves en cada jornada. Así que ha llegado el momento de actuar. De ahí que tengamos que celebrar la firma por parte de Junta, los sindicatos UGT-A y CCOO-A y CEA, la patronal andaluza, del acuerdo que recoge la Estrategia Andaluza de Seguridad y Salud en el Trabajo. No estamos ante un entendimiento más de los agentes sociales con la administración autonómica a los que ya nos tienen acostumbrados. La firma de este documento forma parte de esa concertación social recuperada,pero debe entenderse, también, como un compromiso rotundo , y esperemos que definitivo,para reducir al máximo el número de accidentes en el tajo. Y para ello se han determinado varias líneas de actuación bien definidas y en las que sobresale la necesidad de incrementar la cultura de la prevención laboral en los centros de trabajo. La situación requiere medidas muy concretas de tal modo que lo ideal sería que el año que viene estemos, igualmente, celebrando que Andalucía, también en esta parcela, es una referencia para todos. Años atrás, en tiempos del que fuera entonces Consejero de Empleo,Antonio Fernández, se consiguió reducir notablemente la tasa de siniestralidad. Es decir, se ha demostrado que es posible avanzar. Solo hace falta la confluencia de todos los estamentos implicados en esta lucha y disponer de los medios necesarios con el fin de resolver definitivamente esta asignatura dramática y vergonzosamente presente aún nuestro ámbito laboral.
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