Sin apenas signos de ostentación, con discreción pero con firmeza, se viene dibujando un panorama sobre Andalucía sumamente alentador. Su crecimiento económico es constante y muy por encima de otras comunidades más ricas; la exportación va como un tiro y en áreas que contienen un gran aporte tecnológico como ocurre con la industria aeroespacial. Nuestra agroindustria se codea en la cúspide con otros territorios mientras que la minería metálica sigue arrojando cifras récords de producción y en salidas al mercado exterior. En cuanto al Turismo, su incesante incremento aporta riqueza más allá del consabido producto de “sol y playa” ya de por sí sumamente importante en nuestra oferta mientras que se multiplican las experiencias empresariales de éxito en otros ámbitos. Todo ello se viene traduciendo en la generación de empleo de una forma más acelerada que en otras zonas que se están viendo lastradas en su dinamismo económico.
Una cascada de excelentes resultados, en fin, que se abren paso por sí mismo, tal es su contundencia. Es una realidad bien palpable que no necesita de arrope propagandístico oficial alguno. Este aspecto otorga más credibilidad aún. Estamos ante una imagen cierta de su impulso y crecimiento ,muy lejos, desde luego, del reino del paro y el subsidio en donde algunos insisten en adscribirnos exclusivamente. Que sigan así ,pero han de tener mucho cuidado ya que como apunta el economista José Carlos Díez en un reciente artículo publicado en EL PAÍS “ o los catalanes espabilan ,eligen a un buen gobierno y empiezan a mirar sin superioridad al Sur o dentro de 30 años los andaluces les superarán en empleo y renta”.
Estamos ante un vaticinio que conviene no desdeñar, ni muchísimo menos. Podría pensarse que se trata de un generoso ejercicio de exacerbado optimismo. Pero los datos que se vienen conociendo marcan una tendencia más que esperanzadora. Claro está que, en contraste con ello, la tasa de desempleoaquí existente sigue siendo una dura adversidad y la convergencia con las regiones más ricas está muy lejana aún. Por tanto, no hay que olvidar ni ocultar en donde nos encontramos pero eso no nos debe impedir aspirar y pelear por lo máximo. Y es que tampoco podemos estar ajenos a lo que nos dicen esas señales, objetivas y medibles. Somosperfectamente capaces de salir de los puestos de cola. Pero, para eso se requiere que le den a esta comunidad lo que se merece por derecho propio en materia de inversión pública y aquellos medios que le correspondan. El resto, es cosa de todos andaluces que , sin complejos y de forma callada, están sacando adelante la difícil responsabilidad que les ha tocado asumir. Ni más ,ni menos.
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