Chiclana

Finaliza el tratamiento contra la procesionaria del pino

La aplicación de los tratamientos fitosanitarios se realiza en pinares públicos, casco urbano, parcelas municipales y pinos del viario.

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La Delegación Municipal de Medio Ambiente, a través de Chiclana Natural, ha culminado la campaña invernal de tratamiento fitosanitario contra la procesionaria del pino en el viario y zonas verdes públicas del municipio. En este sentido, el responsable del área, Joaquín Páez, destaca al respecto que “el tratamiento se ha venido llevando a cabo en distintas localizaciones como viario, rotondas, parques y jardines públicos en donde existe presencia de pinos. Para ello se utilizan los productos legalmente autorizados, que tienen como finalidad evitar plagas y el consiguiente riesgo de contacto con la población”.

Páez incide en “la necesidad de actuar de forma preventiva durante varias etapas del crecimiento y edad adulta de la procesionaria, como es el caso en esta época del año, para controlar y frenar su expansión. Al margen de ello, durante el resto del año se realizan los tratamiento de poda, abonado, entresaca y corte, según se trate, que permiten reducir en la medida de lo posible la extensión de la influencia de la oruga”.

En los casos de propiedades privadas, Chiclana Natural recuerda que corresponde a los propietarios de aquellas parcelas en las que se detecte la presencia de la oruga procesionaria su tratamiento. “Ante cualquier duda o consulta los interesados pueden dirigirse a Chiclana Natural para recibir el asesoramiento necesario sobre los métodos y formas de actuación para su erradicación”, abunda Páez.

Hay que destacar que el tratamiento que se ha venido utilizando en el municipio por parte de la empresa Athisa, contratista del servicio, es la aplicación de un producto fitosanitario autorizado para su uso por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que actúa de manera eficaz.

Por otro lado, recordar que la oruga procesionaria está rodeada de unos pelos urticantes que se dispersan y flotan en el aire y producen irritación en la piel, nariz y ojos. Si se produce un contacto directo con el insecto, su pelo se clava en la piel y con ello un producto tóxico que genera la liberación de histamina en la persona afectada y, en consecuencia, la reacción alérgica.

 

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