El jardín de Bomarzo

El valor de la palabra

“Hay palabras que se retraen, que se niegan, porque tienen demasiado significado para nuestros oídos cansados de palabras”. José Saramago

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“Hay palabras que se retraen, que se niegan, porque tienen demasiado significado para nuestros oídos cansados de palabras”. José Saramago.

En uno de los primeros capítulos de la excepcional serie danesa sobre política titulada Borgen, la en ese momento candidata a primera ministra Birgitte Nyborg se dirige a su director de comunicación pidiéndole que redacte un discurso referente a una ley próxima a ser aprobada, todo ello en plena campaña electoral, y éste, sin pestañear, le contesta: “¿A favor o en contra?”. “¿A ti te da lo mismo, no? Lo harías igual de bien en ambos casos...”, replica ella un tanto indignada pero, al mismo tiempo, excitada ante el cinismo de su asesor. Agarro la idea para centrar tema referente a la palabra electoral que acompaña a la política en campaña, esa misma que va tomando forma en Andalucía y fruto de la cual se escuchan eslóganes medidos a diario en radios, se trasladan en informativos de televisión, se leen en titulares de prensa; coordinadores o directores de comunicación luchan todos los días por lograr que la frase de su candidato domine la escena, no importa tanto si lo que dice es exacto o no, si rodea la realidad o la disuelve con gaseosa porque lo relevante es el grado de naturalidad con que se transmiten las cosas y si el mensaje, gracias a ello, se introduce directo en el cerebro de un ciudadano que, tal vez, no medita hasta qué punto está siendo destino de una maniobra de profesionales del pensamiento; sin pudor y entre todos, han resumido la política en un recital de frases medidas y hechas por personas disfrazadas de gente normal.

El próximo fin de semana se celebra el día de Andalucía, 28-F, preparados actos institucionales múltiples, Canal Sur TV en directo, porfías públicas para medir el nivel de andalucismo de todos y, cómo no, sondeos para sal-pimentar la festividad hechos por entramados mediáticos que le dirán a los andaluces lo que opinan, con qué porcentaje lo hacen, lo que prefieren, lo que no, cómo valoran a unos y a otros, todo ello con la duda siempre sobre el tono del maquillaje y, menos, sobre la intención de fortalecer esas corrientes de opinión que me recuerdan a la famosa frase de Goebbels, uno de los principales oradores del Tercer Reich: “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”.

Sondeos. De los próximos que saldrán a la luz, las conclusiones serán similares. El PSOE, pese a que Susana Díaz no cuenta con apoyos ni de marca ni de compañeros con los que acompañarse en escena, gana con mayoría insuficiente si las imputaciones recientes no la afectan, que probablemente no lo harán, y si una sobre exposición suya durante tantos días no la hace llegar a meta demasiado desgastada. Y eso lo están midiendo al milímetro. La cuestión es por cuánto ganará y hoy la media de encuestas de Electograph la sitúa en casi el 36 por ciento, ocho puntos por encima de un PP que, a diferencia, ha rodeado a su candidato de todo lo posible; Moreno hará campaña de la mano de Rajoy y sus ministros y de todos sus alcaldes, entorno mucho más vendible que lo que tiene Díaz a su alrededor, que es casi la nada. Incluso, apuntan, Génova ha contratado un satélite para que a su candidato en Andalucía no le falte señal para que a diario tenga eco en las televisiones. Todo ello en base a un discurso político enfocado a movilizar al electorado conservador ante el temor de un poder tenebroso emergente por la izquierda y confiar, además, en que los porcentajes de voto oculto habitual en la marca reduzcan las diferencias actuales con su oponente.

Tras ellos, y como tercera fuerza, se sitúa la formación de Pablo Iglesias, y su candidata en Andalucía, Teresa Rodríguez, con casi el 16 por ciento de intención directa y que, de confirmarse, podría darle casi el doble de representación que a la IU de Antonio Maíllo, que no alcanza el 8 por ciento. Por detrás, Ciudadanos sube hasta situarse en el 4,2, UPyD baja a el 3,2 y el PA crece y supera el 3 por ciento. Según eso, tres partidos con mayoría insuficiente y, en principio, sin posibilidad de llegar a acuerdos entre ellos, al menos hasta que pasen las generales, y otros tres con alguna o poca representación que podrían sumar en caso de que PSOE e IU no alcanzasen los 55 asientos necesarios para sumar mayoría. Quiere esto decir que para la cuadratura final todos tiene cartas por jugar.

Imputados. A pesar de que internamente se quiera resaltar el hecho de que la citación a Chaves y Griñán se produce mediante una providencia y no un auto y, así, no se le imputan delitos concretos y a eso se agarra el PSOE para no quitarles ahora de en medio, es evidente que el efecto resultante daña mucho la escena. Chaves sabía que este día llegaría cuando se marchó a Madrid, Griñán sabía de todo esto cuando aquel verano cedió el testigo a una Susana Díaz que, por supuesto, contó con ello cuando calculó daños y decidió, entre otras cosas por esto, adelanto electoral para agarrarse a lo que ahora se ciñe, que es que de momento no hay delito, para sortear el golpe. Todos lo sabían, incluso Pedro Sánchez cuando hace solo unos días se adelantó cargándose a Tomás Gómez y metiéndole un problema a su querida compañera del sur. Al margen de los cargos políticos a nivel federal que Chaves y Griñán han sumado a lo largo de estos años, han dirigido la Junta durante nada menos que 24, no son por tanto cualquiera y resultaría sano que predicaran con el ejemplo. Hay que recordar que la juez, tras una instrucción eterna que ya dura cuatro años, intenta demostrar que el Gobierno andaluz diseñó un sistema ilegal para repartir ayudas públicas durante más de diez años y desde 2001, con una dotación de 855 millones de euros y que lo hizo esquivando los controles de la Intervención General de la propia Junta de Andalucía.

(Lo de Sanz. El nombramiento de Antonio Sanz como Delegado del Gobierno en Andalucía era lo esperado desde que ABC lo anunció el lunes; le ha apoyado, además de Arenas, Sáenz de Santamaría, que fue quien lo anunció este viernes tras el consejo de Ministros. Seguirá siendo presidente provincial de Cádiz porque es algo que no quiere perder porque sabe el valor que tiene el poder territorial. La lista al Parlamento corre, pese a que en principio la idea era que la encabezara el tres, Antonio Saldaña, al que la imputación de Urbanos Amarillos del jueves le ha podido venir mal y de ello debería pedir cuentas en Jerez a quienes han negociado esta cuestión y, como en otros casos, no han sido capaces de resolver nada. Será cabeza de lista Ana Mestre, apoyada sobre todo por Moreno. La campaña se prevé tranquila).

Debates. Desde que Kennedy le ganara a Nixon el primer debate político retransmitido por televisión estos han sido cruciales en todas y cada una de las campañas, tanto que hoy no es extraño verlos hasta en elecciones municipales. Asesores aconsejaron a Javier Arenas no debatir con Griñán porque, según sondeos, el asunto estaba hecho y había que exponerse lo mínimo; hoy todos los que rodearon aquella situación afirman que ellos, personalmente, aconsejaron lo contrario. El caso es que Arenas no acudió a plató, pero además se interrumpieron todos los debates entre ambos partidos y al final Griñán parlamentó en directo con Valderas. El error de Arenas fue la sensación de autosuficiencia que con esta postura trasladó a su electorado y, al final, en parte narcotizados, les faltó ese puñado de votos que quizás hubiese metido en el cesto con el cara a cara.

Moreno Bonilla, anotada la lección, ha dicho que quiere discutir en directo al menos tres veces con Susana Díaz; una en Canal Sur, otra en La 1 y una tercera en una privada como La Sexta, y que prefiere los cara a cara sin descartar debates a tres, a cuatro o a todos. Habrá uno en la RTVA a tres y, eso, viene bien al PP porque tendrá de aliado a Maíllo, que no anda contento con nada de lo que está pasando; estéticamente es lo lógico, aunque Susana Díaz hubiese gustado de un cara a cara muy al final para masticar en directo al soldado Bonilla, como le llama, y dejarle sin tiempo a levantarse. No obstante, la tormenta con las imputaciones a Chaves, Griñán, Viera, Zarrías y Moreno le hace ser cauta con este tipo de exposiciones públicas no controladas que, de hecho, tiene muy entretenido a ese ejército de asesores que a diario buscan la idea que facilite el quiebro frente al abismo; palabras exactas, pronunciadas con naturalidad pero de escaso valor, a favor o en contra, sin rastro ni memoria.

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