Casi un millón de personas viven en las faldas de los volcanes Vesubio y Etna. Los estudiosos aseguran que la próxima erupción que se produzca podría llevarse por delante a unas 700.000 almas y que tendrá la misma ferocidad que la sucedida en el año I después de Cristo (año 79, cuando enterró, literalmente, en cenizas las ciudades de Pompeya y Herculano).
La última vez que explosionó el Vesubio fue en 1944, pero se ha podido comprobar que cada 28 años, más o menos, vuelve a tener actividad volcánica. El Vesubio, muy cerca de la ciudad italiana de Nápoles, está considerado como uno de los volcanes más peligrosos del mundo.
Los científicos han medido que el Monte Vesubio está en la parte superior de una capa grande de magma, que se encuentra en el interior de la tierra y posee 154 kilómetros cuadrados, una cantidad muy grande de magma en comparación con otros volcanes de todo el mundo.
En vista de que parece que no aprendemos y de que se sigue construyendo casas en zonas ilegales, además de peligrosas, las autoridades municipales subvencionan con unos 30.000 euros a las familias que dejan sus casas y se trasladan a otras poblaciones.
Y como al ser humano le gusta el riesgo, prefieren quedarse en sus viviendas o construir nuevas (tardan una media de 30 días en levantarlas) ya que no se pagan impuestos. Soy de los convencidos de que los partidos tradicionales van a erupcionar dentro de poco. Se van viendo fugas de lava volcánica por Ferraz y Génova, que comienzan a extenderse por toda España hasta llegar al mar… y El Puerto está en la costa.
No bastará con soplar muy fuerte para desviar los ríos de lava que vendrán acompañados de cenizas en el ambiente y rocas voladoras, sino que habrá que poner toallas mojadas en puertas, ventanas, respiraderos o chimeneas como en la novela de Stephen King ‘La niebla’, para que no entren los gases y nos asfixien.
Fuiste el sucesor, el elegido, para ocupar el cargo de Ignacio García de Quirós –antes estuvo Consuelo Gamero y el propio Ignacio en coalición con Independientes Portuenses- al frente del PSOE local. Bien es verdad que Ignacio o Joaquín Corredera eran muy conocidos y tú tenías que empezar a posicionarte ante la opinión pública.
También es cierto que la deriva de tu partido a nivel nacional (con lo que ha tardado en retirarse la vieja guardia), la irrupción de Podemos (que os tiene descolocados) y la herencia de las políticas de Rodríguez Zapatero, la mayoría de ellas indefendibles desde una óptica local, han hecho mucho daño en el número de tus posibles electores, muchos de los cuales probablemente causarán baja en mayo del año que viene.
No te duelen prendas al pedir que el Ayuntamiento solicite dos millones de euros al gobierno central (PP) y otros dos a la Diputación (también PP), igual que los ha recibido de la Junta (PSOE e IU). Sin embargo, todavía no te hemos oído decir nada de los ERE (recordemos Delphi) o de la trama de los cursos de Formación (solo has hablado ahora que ha aparecido el nombre de un ‘popular’ en los papeles).
No lo entiendo, porque solicitaste que no se ampliara el Plan de Ajuste del equipo de gobierno (“de PP y PA”, como te gusta decir) para que hubiera más inversiones, y criticas que no se pida más dinero para financiar los gastos de la ciudad. ¿No quieres ampliar el Plan de Ajuste pero quieres pedir más dinero a las administraciones del PP, que habrá que pagar antes o después? Otra cosa que no me gusta del discurso político, en general, es el tufo demagógico. Por ejemplo, decir que “PP y PA, siempre interesados en defender más a los privados y a los bancos que a los vecinos”, es demagogia pura (Real Academia Española. Demagogia: Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder).
En lo personal no puedo decir nada porque te conozco muy poco (pareces buena persona), pero en lo político –con aquello tan extraño que sucedió con las grabaciones de los aparcamientos subterráneos que aparecieron en el último momento- todavía no sé cómo posicionarme. Tuyo afectísimo.
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