Se abre esta semana en Madrid una nueva edición de la Feria Internacional de Turismo, la segunda más importante del mundo, tras Berlín. Ha sido en los años de la crisis el turismo una industria que “aguantó el chaparrón” y a pesar de los vaivenes se ha mantenido a flote. Un 16 % del PIB nacional.
Las infraestructuras públicas como el cuidado de nuestras playas, la restauración de los monumentos, así como la red de autovías, el AVE y hasta los denostados aeropuertos, unido a la mayor profesionalización y mejora de las instalaciones hoteleras, sin olvidarnos de ese tesoro nacional que es nuestra variada y excelente gastronomía, han convertido a España en el segundo destino turístico mundial. Sólo por detrás de Francia y adelantándose a Estados Unidos, que ahora ocupa el tercer puesto.
El aumento del 8,9% de la llegada de turistas a nuestro país en relación a las cifras de 2016 es un éxito de todos. Administración pública, instituciones educativas, entidades privadas, profesionales del sector y por supuesto, del resto de ciudadanos. Al fin y al cabo, la respuesta amable a un turista cuando nos pregunta por una dirección es tarea de todos, y por mucho que se invierta en campañas publicitarias en el exterior, si se es grosero con un visitante, éste no volverá y todo ese gasto habrá sido gratuito.
De los 82 millones de personas que han visitado nuestro país, a Andalucía se han acercado casi 30 millones y para Sevilla supone un 17% de su PIB. Todo un éxito que, en estos tiempos en los que nos fustigamos por nuestras carencias y penurias, es justo reconocérnoslo.
Todas las variables indican que para Sevilla este año que acabamos de estrenar el sector turístico volverá a batir records de visitantes. El apoyo publicitario que supone el haber sido escogido como primer destino internacional en la revista “Lonely Planet”, junto a la cada vez más cuidada programación cultural, oferta gastronómica, monumental y de ocio en general, así lo augura.
Pero no debemos olvidarnos de la principal ventaja que en todas las encuestas hechas a nuestros visitantes valoran los turistas: el trato, el ambiente, la amabilidad y la cordialidad que se respira en la ciudad.
Cuidar a una de nuestras principales industrias, por no decir la más importante, es una misión de todos. No sólo de los profesionales del sector. Tampoco es tarea exclusiva de las administraciones y empresas. Son las respuestas y el talante que ofrecemos a nuestros invitados. Nuestro comportamiento en los espacios públicos. Es educación.
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