Cartas a Nacho

Jóvenes

Son tiempos éstos en los que todos los días se marcan como históricos...

Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai

La realidad, quiero decir la vida, busca sus huecos y al final logra fluir en nuestra existencia. Lo cotidiano gana a las grandes aventuras épicas. Éstas terminarán en los libros de Historia, mientras que las que otras permanecerán en el recuerdo. Tengo la impresión de que Cataluña es la épica y España lo cotidiano.

Son tiempos éstos en los que todos los días se marcan como históricos. Hoy, sin ir más lejos, se cumplen cuarenta años de la llegada de Tarradellas a Cataluña. El día en el que asomado al balcón de la Generalitat pronunció aquello de “¡Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí!”. El inicio de la democracia en España para muchos, la recuperación de la memoria para los catalanes. Gran estadista Tarradellas, que en aquella frase incluyó a todos los que vivían allí y no sólo a los nacidos en Cataluña.

Son fechas convulsas las que estamos viviendo. Nos dejamos influir y consiguen arrastrarnos a algunos de nuestros “yo” que difícilmente reconoceríamos. Todo pierde su función y hasta una simple cacerola deja de hervir los macarrones y se convierte en un estridente vehículo para la protesta. Los balcones dejaron de perfumar las fachadas de los edificios con sus flores plantadas en macetas y ahora sirven para señalar nuestra patria y por consiguiente delatar la que no es aceptada.   

El calendario se distorsiona y se contradice con miles de jóvenes que se desgañitan en manifestaciones denunciando que viven en una dictadura y libremente acusan de manipulador al medio de comunicación que le sirve de soporte a su crítica. He visto cómo unos niños llamaban fascistas a personas mayores que lucharon contra la dictadura. 

Quisiera volver a ser joven y vivir aventuras legendarias. Al menos creerme que puedan convertirse en realidad y confundir los términos y dejarme seducir por el flautista. Pero creo que ya es tarde, el músico sólo pretende alejarme de la ciudad. ¿Cómo seguir el tumulto que provoca una cacerola en lugar de la hermosa melodía de una flauta?

A estas alturas de la jugada encuentro la belleza en lo cotidiano. Lo divino, en el humeante café de la mañana y la sabiduría en la tertulia que cada día se improvisa en el bar de la esquina. Me fío más de la señora de la limpieza que por supervivencia emigró a Francia y habla tres idiomas que de los brillantes estadistas que sólo fueron iluminados por el flexo del despacho. Mientras que unos y otros estamos empeñados en cargarnos el país, sólo espero que a estos jóvenes de ahora se les pase su dolencia y todos sabemos que eso es cuestión de tiempo.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN