Cartas a Nacho

Ser

No somos una urbe con grandes empresas. La nuestra es una ciudad administrativa y de servicios, con una única gran industria, la del turismo...

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Con el estallido final de la traca de los fuegos artificiales se ponía fin en la noche del sábado al domingo a una nueva edición de la Feria de Abril. Desde ese momento se abre en la ciudad un interesante debate que, aunque parezca anecdótico, tiene más calado y fondo de lo aparente.

La de 2017 pasará a la pequeña o gran historia de la Feria de Abril como una que propuso un nuevo formato. Uno orientado claramente a adecuarse a las necesidades de Sevilla. No somos una urbe con grandes empresas. La nuestra es una ciudad administrativa y de servicios, con una única gran industria, la del turismo. Un gran patrimonio artístico, historia, unas razonables infraestructuras en vías de comunicación, un agradable clima y un cordial ambiente que proporciona el sevillano. Estos son los ingredientes y esto es lo que podemos “vender” y lo que,  sin duda, nos “compran”.

La Feria y la Semana Santa son dos excelentes escaparates que aprovechamos para difundir nuestras virtudes en medio mundo. La propuesta que nos hace la administración local es clara. Oficialicemos lo que ya era una realidad: adelantar el comienzo de la Feria de Abril al fin de semana previo. Los servicios municipales pueden, por tanto, dar cobertura y evitar alguna tragedia que se veía venir. Este es el argumento interno. El externo, aprovechar el tirón de la Feria para convertirla en un motor económico que anime la cuenta de resultados de nuestra principal industria, la turística. Tengamos, pues, una feria con dos fines de semana y reservemos un espacio promocional en este escaparate, la caseta de los visitantes. Este ha sido el formato de la nueva Feria propuesta y así se ha materializado en este 2017.

A la espera de los resultados oficiales que nos presenten el gremio y el Ayuntamiento, todo hace indicar que serán muy positivos. Más turistas y más ingresos. Más promoción internacional. Habrá que perfeccionar el modelo, pero es un éxito indiscutible.

Los puristas de la celebración se lamentan del riesgo que se corre de convertir el recinto de Los Remedios en un parque temático que desnaturalizará la fiesta y la excesiva amplitud del calendario ferial.

Un complejo equilibrio hará que el resultado sea satisfactorio para todos. Uno que se puede asemejar a lo que ya hacemos a nivel individual cada uno de nosotros. Unos días lo dedicamos a visitar clientes y contactos en las recepciones de las casetas de empresas e instituciones y otros días nos encerramos en las nuestras para vivirla con familiares y amigos más próximos.

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