Cartas a Nacho

Fotos

Para algunos, cuando dicen intimidad en realidad piensan en clandestinidad...

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Este junio que ya termina, más que en el comienzo de un verano se ha transformado en el inicio del otoño. En un tiempo gris que mucho me meto se irá oscureciendo hasta ennegrecerse y volverse totalmente opaco.

Hablo de una cuestión social. No me refiero a la construcción europea, tampoco a la desmoralización en el terreno político en la que vive nuestra sociedad. La primera, porque nunca se llegó a consumar; la segunda, porque la política hace tiempo que dejó de preocuparse por los ciudadanos. Me refiero a la normalización por parte del conjunto de la sociedad de la orientación sexual de las personas. Escribo sobre las lesbianas, los gais, los transexuales y los bisexuales, el colectivo LGTB.

Las normas, las leyes que se aprobaron, que se adaptaron para dar cabida a nuestras necesidades y escalar en el grado de igualdad con el resto de ciudadanos, ha quedado probado que no fueron asumidas, aprehendidas por una parte de la población 

La muestra de una exposición fotográfica donde se retrataban una serie de personas mostrando su afectividad en la manifestación del orgullo gay de ediciones anteriores levantó la semana pasada un alboroto mayúsculo. Dos chicos o dos chicas besándose y que eso sea expuesto en un cartel es motivo de escándalo para algunos. Inmediatamente todo se politizó y se formaron dos bandos. Un vez más. No tenemos remedio.

Protección a la infancia. La homosexualidad como una orientación que hay que vivirla en la intimidad. Y hasta el eufemismo de “una exposición que degrada a los homosexuales”. Estos argumentos se esgrimieron para el posicionamiento en contra. Y el de sólo es amor, para los que estaban a favor.

Cabría formularse algunas cuestiones para ver el grado de comprensión que la sociedad tolera ante una muestra de estas características. Si el espacio público era el más adecuado. Si estas fotografías hubiesen llevado un titular y logotipo empresarial correspondiendo a una campaña publicitaria hubieran provocado la misma reacción. El periodo electoral en el que se desarrolló la muestra y el consiguiente aireamiento por parte de determinados partidos políticos, asociaciones y medios de comunicación.

Una vez que sales del armario, eres capaz de enfrentarte a todo. La fuerza te llega desde tus adentros. Lo que no mata engorda, decía mi abuela. No es necesario que otros nos protejan en un tema que desconocen. Para algunos, cuando dicen intimidad en realidad piensan en clandestinidad. Y lo de protección a la infancia, mejor ni lo planteamos.

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