El jardín de Bomarzo

Como rugido de tigre

El dato real sobre la afluencia de público al Gran Premio de España de Motociclismo celebrado en Jerez el pasado domingo, 63.350 aficionados en contra a los 122.551 ofrecidos por Dorna en 2015, ha puesto la lupa sobre algo turbio que casi todo el mundo de allí dentro conocía

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“Con el tiempo es mejor una verdad dolorosa que una mentira útil”. Thomas Mann.

El dato real sobre la afluencia de público al Gran Premio de España de Motociclismo celebrado en Jerez el pasado domingo, 63.350 aficionados en contra a los 122.551 ofrecidos por Dorna en 2015, ha puesto la lupa sobre algo turbio que casi todo el mundo de allí dentro conocía, de lo que casi todos los partidos, en un momento u otro, han participado, de lo que algunos incluso se han atrevido a justificar de “dato comercial” como si mentir fuese legal y permisible institucionalmente en una estrategia de venta y a lo que nadie, hasta ahora, había puesto freno. El asunto proviene de lejos, de esa época en la que Pedro Pacheco y su visión napoleónica del Jerez primero en todo exageraba cualquier cosa sin medida, engordando de manera intencionada las cifras de visitantes al GP para fortalecer su imagen como principal del campeonato, algo que dicho sea de paso se logró, además de por esto, porque su organización ha sido siempre extraordinaria, la estética que proyecta es ejemplar, al aficionado le encanta venir a Jerez y ha sido él el que lo ha elevado a cita indispensable en su calendario motero anual, el clima acompaña y presenciarlo en directo es todo un espectáculo para la vista. Un juguete enorme, perfectamente cuidado, al milímetro, te sientes como dentro de ese scalextric que de pequeño traían los Reyes pero donde el rugido de motores es real y se mezcla con el de un enfervorizado público que atesta gradas y monte, espectáculo de aviones, helicópteros y un dispositivo de seguridad ejemplar, dotado seguramente para el doble de público del que realmente acude –costes extras añadidos…-; un plan de accesos y salida perfecto, ágil, también seguramente previsto para el doble de personas que lo usan –cotes extras añadidos…-. La pregunta es, ¿cuántos sabían de antemano y, por tanto, participaban de la intencionada mentira? Porque ahora todo el mundo se felicita y alegra de que, por fin, aflore la verdad.

La historia. El Circuito de Jerez viene a ser como una enorme tarta de merengue en la que muchos han metido el dedo porque a nadie amarga el dulce. De un modo u otro. Es cierto que es una de las pruebas deportivas más importantes del año en España y es cierto que está en Jerez porque Pacheco, a quien me imagino en su celda de Puerto 3 durante el fin de semana escuchando desolado como las motos circulan por la Jerez hacia Rota y viceversa, quiso, se empeñó cabezonamente en ello y, justo es reconocerlo, lo logró él solito. Obra faraónica, muy de su gusto; siempre dijo que a pesar de su coste, de sus deudas y de lo mucho que siempre pugnó con otras instituciones, una vez hecho nadie podía llevarlo a otro sitio, logrando, además, lo más difícil, que es la celebración del GP de España por muchos años mediante un acuerdo a largo plazo con Dorna, empresa organizadora de carreras en circuitos, que tiene los derechos para ofrecerlas por televisión y cuyo máximo responsable es Carmelo Ezpeleta, el gurú del motociclismo que gestiona el negocio desde el principio y que ha tratado con todos los alcaldes de Jerez desde Pacheco hasta hoy. Durante este tiempo Jerez se ha beneficiado de un espectáculo único, singular, visto y reconocido en todo el mundo en lo que puede entenderse como una campaña de publicidad en positivo cuyo coste es incalculable, y también lo ha hecho el resto de la provincia de Cádiz, incluso una Andalucía que no tiene otra prueba deportiva semejante.

Y también es cierto que han existido sombras, muchas. Demasiadas. Por todos comentadas, sabidas, por nadie denunciadas. En cada cambio de gobierno municipal siempre el asunto uno era meter mano en Cirjesa, cambiar al gerente, clarificar las cuentas, poner luz y taquígrafos a todo, arreglar de una vez el maldito torno de la puerta de entrada, ese que contabiliza la taquilla, siempre averiado. Pero invariablemente tras una primera toma de contacto con el trazado y el representante de turno, tras conversar con  Dorna, las cosas se veían de otro modo y poco, o nada, cambiaba. Ese fue uno de los errores del PP, lamentado seguramente hoy, no poner freno a la mentira, dar pábulo a ese “dato comercial” que no es otra cosa que mentir y mantener al frente de la gerencia a Juan Baquero, hoy en Qatar de la mano de Ezpeleta y con quien mantuvo de principio a fin un soterrado enfrentamiento. Y no es que Baquero lo hiciese mal, al contrario, de hecho su gestión deportiva no admite crítica y de ello se ha beneficiado un GP impecable.

A Carmelo Ezpeleta le han pedido prisión provisional el sindicato Manos Limpias, hoy involucrado en la trama de Ausbanc, por delitos contra la Hacienda Pública y por administración fraudulenta mediante una querella, aún no admitida a trámite, pero que dice: “Dorna ha creado un entramado de empresas para llevar a cabo a través de las mismas las defraudaciones tributarias, dejando de satisfacer a la Hacienda Pública el IVA de…” Semanas más tarde a la presentación de la misma era detenido el secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernard, aunque en principio ese hecho no afecta al procedimiento judicial abierto. No cabe duda, por otro lado, que este detalle parece crucial para que este año, tras más de veinte, no existiese presión por parte de Dorna para aumentar la cifra de asistentes del pasado domingo porque, aunque se diga lo contrario, resulta obvio que Dorna ha participado de este engaño por interés propio cara a sus patrocinadores aunque ahora culpe de todo al Circuito y a la gestión política anterior…; más determinante parece el hecho de que el actual gobierno del PSOE no haya querido participar dando continuidad a una cifra falsa porque, de hacerlo, no hubiese habido marcha atrás los próximos años, y lo ha hecho a pesar del daño aparente que se le causa a la imagen del Circuito. Y otra cosa: habrá que estar pendientes a los datos que ofrezcan otros circuitos a partir de ahora, seguramente también inflados.

Al margen de que no se sostiene asumir como aceptable un dato comercial que falsea cifras para dar brillo a nada, preguntas: si se afirmara que han sido más de 120 mil los asistentes, ¿preguntaría Hacienda? ¿Lo haría ahora con una demanda abierta? ¿Hay que pagar IVA de esas entradas? ¿O por el contrario se podría justificar que Cirjesa, empresa pública, regale nada menos que sesenta mil entradas? ¿O se podría entender que alguien está haciendo un negocio paralelo? ¿O lo hizo? ¿Cuántas entradas se vienen regalando? ¿A quién? ¿Por qué? ¿Para qué? Una entrada de pelousse, la más barata de todas, vale 55 euros. ¿Por qué el torno de acceso siempre ha estado averiado? ¿Son ciertas, entonces, las leyendas? ¿Todas? ¿Algunas?

Una de ellas cuenta que una mañana posterior a un GP de hace años las limpiadoras tiraron varias bolsas de basura de uno de los despachos sin saber que dentro lo que había era dinero, muchos billetes, tal vez de esa taquilla incontrolada, y que esa tarde tres personas con nombres y apellidos terminaron en el vertedero removiendo y buscando…, encontrando; otra dice que fulano de tal era la persona con más suerte del mundo porque le tocaba la lotería constantemente y, de hecho, hasta heredó una casita en un pueblito de una tía abuela que, tras un cuadro, escondía mucho, mucho dinero, por no hablar de mordidas a empresas que prestan servicios o de cómo desde ahí se han pagado muchas cosas, muchas, de unos y de otros… Leyendas, a saber si ciertas, tal vez exageradas, pero desde luego todos saben que el Circuito ha sido desde siempre un método, un objetivo, pero quien más se ha beneficiado ha sido la ciudad de Jerez, la provincia y toda su hostelería, que disfrutan de un fin de semana al año espectacular.

El rugido. A pesar de todas las sombras, de sus leyendas, de que su pionero hoy descanse entre los barrotes de una celda y esté siendo juzgado por otra obra, la de la casa de Hermandad del Rocío, de bolsas de basura con dinero, o no, de tornos averiados y engorde histórico intencionado de número de asistentes, a pesar de todo eso Jerez luce de manera única con la imagen de una prueba que solo aporta cosas buenas a una ciudad muy necesitada de eso y que no está en situación de poner en riesgo valores seguros, cosas que suman, y ante lo cual todos, partidos y sociedad civil, deberían hacer piña en defensa de algo que no admite dudas y que es que el GP de Motociclismo de España es, sin duda, el mejor del mundo, es histórico. Y hacerlo desde la verdad porque esta es tan firme e intensa como el rugido de tigre que circula por los montes de la pelousse de Montecastillo desde que en 1987 Aspar ganara en 80cc. Desde entonces, Gardner, Doohan, Schwantz, Crivillé, Lorenzo, Márquez o Rossi han trazado con éxito y puño firme este cuadro único conocido por todos como Jerez, capital mundial del motociclismo.

Bomarzo

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