Y esa curiosidad conduce a la sorpresa de saber que el municipio cuenta con un representante de los grandes de España: Ricardo López de Carrizosa y de Hoyos, el duque de Algeciras.
Este aristócrata, vinculado al negocio del vino, y que alterna su residencia entre Madrid y Jerez de la Frontera, es el tercer duque de Algeciras, un título que heredó por línea materna.
Pero, para entender mejor su linaje habría que remontarse a los orígenes. El Ducado de Algeciras nació en 1906, al albor de la relevancia que adquirió el municipio con la firma de la Conferencia de Algeciras, que puso paz en una situación histórica que amenazaba con provocar la primera guerra mundial.
En aquella larga negociación diplomática jugó un papel esencial Juan Manuel Sánchez y Gutiérrez de Castro, el duque de Almodóvar, ministro del Rey Alfonso XIII, que presidió la Conferencia, y que lideró de manera magistral la mediación y la postura diplomática española.
El destino quiso que el duque de Almodóvar muriera ese mismo año. El Rey, entonces, quiso reconocer la gran labor que el duque desempeñó en Algeciras otorgándole un ducado que, ante la ausencia en vida de su padre, Antonio Sánchez Romate, recayó en su viuda, Isabel Gutiérrez de Castro y Cossío, primera duquesa de Algeciras.
La vigencia del título en la primera duquesa fue muy corto, ya que le fue concedido en 1906, y esta falleció un año más tarde. Se inició entonces un periodo que duró varios años en el que la sucesión se comprometió, debido a los problemas de descendencia directa de la misma.
Finalmente, en 1911, su bisnieta, María de las Mercedes de Hoyos y Sánchez, heredaría el título, convirtiéndose en la segunda duquesa de Algeciras, y la que durante más tiempo ha regentado dicho nombre, llevándolo durante prácticamente todo el siglo XX, hasta su fallecimiento en 1981.
Ese mismo año heredaría el título el actual duque de Algeciras, Ricardo López de Carrizosa y de Hoyos, tercero de la historia, y quien mantiene vivo el legado nobiliario de la ciudad a sus 79 años de edad.
El legado que Alfonso XIII vinculó entre la ciudad algecireña y la aristocracia española se mantiene vivo, ya que el hijo de Ricardo, Carlos López de Carrizosa y Mitjans, tataranieto del duque de Almodóvar, se convertirá en el cuarto duque de Algeciras.
Ligados a la caza
La designación de duque de Algeciras vino determinada por la importancia que jugó la ciudad en la paz mundial durante la Conferencia Internacional de 1906. Sin embargo, no implicó ninguna atribución de tierras ni derechos sobre el municipio.
Así lo explicó ayer a este periódico Carlos López de Carrizosa y Mitjans, hijo del duque de Algeciras y heredero del título, quien apuntó que “no supone nada sobre la ciudad, es sólo un título nobiliario”.
Sin embargo, la vinculación de la familia López de Carrizosa con el Campo de Gibraltar existe, aunque fruto de la casualidad. El mundo de la caza, al que históricamente se ha dedicado la familia, les llevó en su día a adquirir una dehesa en el término municipal de Los Barrios, bajo el nombre de ‘Las Fatigas’.
La afición a la caza llevó a Carlos, próximo duque de Algeciras, a dedicarse a la finca ‘La Ventosilla’, dedicada a la caza de la perdiz, impulsada en 1880 por su otro bisabuelo, el duque de Santoña, junto con Alfonso XII.
El duque de Algeciras, que recientemente padeció un ictus cerebral, ha dedicado toda su vida al negocio del vino, la agricultura y la ganadería, con tierras en Jerez de la Frontera y Jaén, lo que le ha llevado a compartir su residencia entre la ciudad jerezana y la capital de España.
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