La localidad de Monturque se ha convertido durante estos días en referente del denominado turismo de la muerte y los cementerios. El pasado jueves comenzaron las octavas jornadas Munda Mortis que han puesto en valor la peculiaridad del camposanto monturqueño de San Rafael situado en lo más alto del municipio y contando en su subsuelo con unas cisternas romanas construidas en el siglo I.
Además está incluido desde el año 2009 en la Red Europea de Cementerios Significativos junto a algunos de ciudades tan emblemáticas como París en Francia o Milán en Italia.
Las cisternas son precisamente uno de los principales alicientes para entrar en un cementerio que no deja indiferente a nadie. El mismo consejero de Turismo de la Junta, Francisco Javier Hernández, reconoció en su visita a Monturque el valor que encierran estas jornadas haciendo que algo tan ligado a nuestra sociedad como el culto a los difuntos se convierta en un atractivo turístico y permita que este legado pase a las futuras generaciones.
Las actividades han contado con talleres en los que se realizaron faroles de melón como los que se hacían en la antigüedad y con los que se intentaban ahuyentar a los malos espíritus que pudieran vagar perdidos durante estos días. La gastronomía no ha faltado tampoco en esta cita. Por ello hubo un concurso de gachas, una de las comidas más típicas en toda la zona sur de Córdoba al llegar estas fechas.
Hubo más actividades. Y así lo resaltó la alcaldesa Teresa Romero. Por ejemplo la recreación de un ritual funerario romano con su correspondiente banquete o visitas nocturnas tanto al cementerio como a las cisternas. Las conferencias ocuparon otro apartado. Y algunas tan llamativas como la titulada “La mujer a través de los epitafios” o “Tumbas y creencias funerarias”.
Pudo visitarse también una curiosa exposición fotográfica donde conocer los cementerios españoles integrados en la Ruta Europea.
Lo cultural dejó paso a lo religioso en la noche del 1 de noviembre cuando Nuestro Padre Jesús Nazareno fue trasladado hasta la puerta del camposanto para bendecir a todos los difuntos. Una tradición que se ha conservado desde hace muchos años en el municipio.
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