La Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Puerto Real y responsables de la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta han entregado en Granada los restos de 185 fusilados, cuyos huesos fueron hallados en una fosa común encontrada en el cementerio de esa localidad gaditana.
En declaraciones a Efe, el presidente de la asociación, Francisco Aragón, ha destacado que, junto a los restos óseos, también se han entregado muestras de ADN de 55 personas, familiares que aguardan, gracias a este cotejo, poder comprobar la identidad de sus antepasados.
Los restos fueron entregados en los laboratorios Genyo, en la Facultad de Medicina de Granada, donde sus responsables han explicado que el trabajo de análisis y comparación puede tardar entre ocho y doce meses.
"Es un trabajo científico de primer nivel y de gran complejidad técnica porque estos huesos tienen más de ochenta años, así que las labores tardarán más o menos en función de cómo se encuentren los restos óseos hallados", ha detallado Aragón.
El tiempo estipulado para tener resultados dependerá del estado de las muestras o la existencia o no de familiares directos entre otros factores, ha explicado el presidente de la asociación, que ha recordado que desde 2003 se está trabajando para llegar al momento final.
"Nuestro deseo era que todos pudieran ser identificados, comunicar los resultados en un acto con los familiares, y, para los que así lo deseen sus parientes, poder enterrarles junto a un monolito ubicado en el cementerio de Puerto Real", ha añadido.
Aragón ha lamentado que sólo, finalmente, se tengan muestras de ADN de 55 familiares, lo que llevará a que "unos puedan ser enterrados con nombre y otros con números".
La fosa común excavada mide 31 metros de largo, 2,30 de ancho y 1,60 de profundidad y fue localizada gracias a un georradar en el interior del cementerio municipal, donde testimonios orales y escritos situaban el lugar de enterramiento de centenares de fusilados de Puerto Real, San Fernando, Rota e incluso de Cádiz capital.
Según Aragón, estos fusilamientos se produjeron en los primeros meses de la Guerra Civil, entre julio y septiembre de 1936.
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