Cádiz

Detienen al dueño de la Casa del Farero por "blanqueo de capitales"

Fue detenido pero al parecer pagó la fianza. La Casa del Farero en Chiclana la gestiona gracias a una concesión de la Autoridad Portuaria de la Bahía

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  • La Casa del Farero

A comienzos del presente mes de junio, la Policía Nacional y la Guardia Civil llevaron a cabo una operación contra el blanqueo de capitales y el narcotráfico en Chiclana, centrada en el establecimiento de hostelería de La Casa del Farero, en el poblado de Sancti Petri, en la que, según fuentes cercanas a la misma se detuvo al menos a cuatro personas.

En el citado registro no estuvo presente el dueño del mismo puesto que se encontraba en El Rocío, y tampoco fue detenido ese día, aunque envió a dos personas de su confianza para supervisarlo.

También se registraron, ese mismo viernes 2 de junio por la mañana, apartamentos y otros negocios relacionados con la misma persona que responde a las siglas de I. F. C.

Según fuentes policiales, I.F. C. fue detenido finalmente este pasado lunes por su presunta vinculación a una red dedicada al narcotráfico y al blanqueo de capitales.

El juzgado que instruye este caso decretó su ingreso en prisión con fianza. Fianza que ya ha sido abonada, por lo que I.F.C se encuentra actualmente en libertad en espera del posible juicio, según  indicaron a este medio las mismas fuentes.

Un amplio historial

Cabe recordar que no es la primera vez que se detiene e investiga a I.F. C. por delitos relacionados con el narcotráfico. Así, en el año 2009, funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), adscritos al Grupo I de la UDYCO de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Cádiz,  procedieron a la detención de siete individuos, entre ellos I. F. C. que se dedicaban supuestamente a la venta de cocaína, hachís y drogas sintéticas en la ciudad de Cádiz y distintas localidades de la Bahía dentro de la operación Columbus.

En marzo de aquel año comenzó a investigarse la actividad ilícita relacionada con el tráfico de drogas de un individuo, A. G. S., de 36 años de edad y residente en el Paseo Marítimo de Cádiz.

Este individuo, aprovechaba sus amplias relaciones en “el mundo de la noche” para distribuir cocaína y drogas sintéticas que distribuía a las localidades costeras de Conil de la Frontera y Caños de Meca.

Tras intensas investigaciones los policías del Grupo I de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado pudieron descubrir que AGS recibía la droga de un individuo identificado como I. F. C., que por entonces contaba con 28 años de edad, quién resultó tener ya un amplio historial delictivo relacionado con “robos con violencia e intimidación, estafa, usurpación del estado civil y tráfico de drogas”, según fuentes policiales.

Todos estos datos permitieron determinar que I. F. C. , con inicios propios de los denominados “delincuentes comunes”, comenzó a seguir pautas sofisticadas para evitar la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, al tiempo que comenzaba a centrar sus actividades en el tráfico de drogas.

Según la investigación policial, “I. F. C. creó una compleja red de colabores, intermediarios y distribuidores finales para repartir cocaína y material sintético los cuáles eran consumidos en Conil, Jerez, Chiclana, San Fernando y Cádiz”.

Esta compleja red permitía a “I. F. C. no estar prácticamente en contacto con la sustancia estupefaciente con la que traficaba, síntoma claro de su especialización”.

Cádiz-Madrid-Colombia

No obstante, y superando las dificultades evidentes, el transcurso de la investigación pudo detectar, presuntamente, que “I. F. C. se abastecía de sustancia estupefaciente de una organización asentada en Madrid y liderada por A. M. J. C., de 35 años de edad, de nacionalidad colombiana”.

“A petición de I. F. C., quien necesitaba cocaína para abastecer a sus clientes habituales y a las demandas de cocaína que se incrementan en verano, A. M. J. C. gestionó con sus contactos en Colombia la llegada a territorio nacional de sustancia estupefaciente de gran pureza”, siempre según fuentes policiales.

La culminación de la investigación se produjo cuando la Udyco I pudieron detectar la furgoneta en la que iba escondida la cocaína.

Cabe resaltar que una vez realizadas las detenciones de estos individuos y los correspondientes registros domiciliarios se logró incautar, entre otros: 4.200 gramos de cocaían con 95% de pureza, 800 gramos de hachís, pastillas de MDMA y éxtasis, 37.000 euros en metálico y seis vehículos de alta cilindrada.

Aquellas detenciones supusieron la desarticulación de una organización “perfectamente estructurada, dedicada al tráfico de cocaína de gran calidad”.

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