Sèbastien Raymond, de 39 años, emprendedor del sector de la aeronáutica lleva seis años viviendo en Cádiz y ha vivido exiliado la primera vuelta de las elecciones de su país: Francia. Ejerció su derecho al voto yendo a votar a Sevilla, aunque “en un primer momento nos dijeron que podríamos hacer uso del voto electrónico, pero al final no fue posible”.
Su jornada electoral la pasó pendiente de la televisión francesa desde las siete de la tarde, quedándose hasta la media noche para conocer los resultados electorales y las primeras valoraciones al respecto.
Este joven francés se mostró muy esperanzado con los resultados obtenidos en la primera vuelta de las elecciones francesas. Un nuevo mapa se ha configurado en el país hermano, donde se han quedado fuera de la tarta los dos grandes partidos que se han venido alternando en los últimos años. Ahora hay dos opciones: Enmanuel Macron o Marine Le Pen, que tendrán hasta el próximo 7 de mayo para convertirse en presidente de Francia. “La situación es bastante nueva, hay un candidato de 39 años, con un partido recién creado, que ha sabido ocupar el hueco del centro, que no contaba con partidos en mi país”. Por otro lado, está el Frente Nacional, al que se ha ido gran parte del electorado “de la derecha tradicional”, después de los continuos escándalos que sobre el candidato François Fillon se han venido destapando en las últimas semanas.
Tampoco han beneficiado los resultados al candidato de la izquierda tradicional “que ha obtenido unos resultados muy débiles, por debajo del 6%, como si fuera una especie de castigo”. Según Raymond, el candidato Macron y el de extrema izquierda le han arrancado muchos de los votantes.
El vaticinio
En su lectura sobre los resultados electorales, Sèbastien Raymond considera que “el Frente Nacional de Marine Le Pen no va a poder conseguir todo el apoyo que necesita en la segunda vuelta porque nunca va a obtener el voto de más de la mitad de los franceses”.
En su vaticinio, considera que Macron va a ser elegido “sin problema”, pero está también el peligro de que “todos piensen que esto está ganado y no vayan a votar”, cuando en el partido de la candidata Le Pen “son de los que van a votar y no se plantean la abstención”.
Considera que en el futuro, en Francia, se van a reorganizar los “partidos, e incluso puede haber una escisión de los votantes de derecha entre el Frente Nacional y los que son más de centro”.
De centro
Francia no ha tenido desde hace muchos años un presidente de centro. Macron está considerado como un europeísta, que procede de la vertiente socialista, de la que se quiere desmarcar, y siendo el candidato más joven a la presidencia. Montó el partido En Marcha, en el cual pretende aunar las propuestas en el centro de las vertientes ideológicas. Con medidas como reducir el número de funcionarios, la apuesta por la vivienda joven o la bajada del impuesto de sociedades.
Raymond considera que son buenas noticias estos resultados de la primera vuelta porque “el sistema francés no es un sistema de pactos, como el español, que permiten la gobernabilidad. Siempre hay enfrentamientos y no hay compromisos”.
Sin embargo, a su juicio, Macron va a necesitar de los acuerdos “para tener la mayoría en el Parlamento y poder sacar adelante las leyes”. La lectura que saca este joven emprendedor francés es que en Europa hay “un rechazo a las políticas tradicionales, y aunque la tendencia sean los extremos o los radicalismos, al final acaba yéndose al centro” la tendencia de voto.
Este giro en la tendencia va a posibilitar que en la política del país hermano “se alcancen los compromisos y se aprenda a escuchar, que es lo verdaderamente importante”, manifiesta este francés afincado en Cádiz.
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