La dislexia es un trastorno que afecta a un 10% de la población y es origen del 40% del fracaso escolar. Tiene un carácter permanente, para toda la vida, pero un diagnóstico precoz resulta clave para adaptar los métodos de enseñanza y que las personas afectadas puedan desarrollarse con absoluta normalidad. Para ello trabaja la Asociación Dislexia Cádiz, ADICA, que aun no ha cumplido su primer año de vida y que ha presentado su actividad en la Diputación, a través de su presidenta, Lucía Alcántara, y la diputada de Igualdad y Bienestar Social, Isabel Armario.
ADICA, es una entidad sin ánimo de lucro y se integran en ella familias con hijos con dislexia, adultos disléxicos y profesionales implicados. Ya ofrece servicio en Jerez, donde tiene su sede, y otras localidades como Sanlúcar, Puerto Real, Cádiz, Barbate, San Roque, Benalup-Casas Viejas, Medina Algeciras, Ubrique y Chiclana con el apoyo de la Diputación espera que su labor pueda también ahora alcanzar a los pequeños municipios.
La diputada, además de agradecer la labor de la Asociación y su incidencia en un sector clave de la población como son los más pequeños, ha ofrecido la colaboración de la Diputación para ayudar a divulgar información sobre este mal, visibilizar la situación de estas personas y prestar apoyo a las actividades de la entidad en los diferentes municipios de la provincia, con la finalidad de promover la igualdad de oportunidades. Para ello existe ya un canal de comunicación directa entre ambas organizaciones.
Lucía Alcántara ha explicado que la Asociación trabaja en tres líneas estratégicas: el acompañamiento de afectados y familias, el trabajo con comunidades educativas y acciones de información, normalización y visibilización del problema. Los principales problemas son la falta de diagnóstico y el desconocimiento e incomprensión social.
La Asociación se constituyó el pasado 8 de noviembre para ofrecer acompañamiento de las familias cuando se encuentran con esta situación, que todavía presenta mucho desconocimiento, y ante la que, en muchas ocasiones, no se tiene claro qué pasos dar. De esta manera, se les ofrece asesoramiento y se organizan actividades con profesionales, charlas, talleres, difusión de conocimientos, etc.
En el campo de las comunidades educativas, ADICA trabaja con AMPAS y claustros de profesorado para ofrecerles información y claves que ayuden a identificar posibles casos de dislexia a edades tempranas, lo que multiplica las posibilidades de que puedan tener un desarrollo normal a través de una adaptación en la metodología de enseñanza. Adaptación que puede aplicarse a través de herramientas que se ofrecen a docentes y que, en muchos casos, no tienen una dificultad excesiva, como pueden ser aumentos en los tipos de letra, métodos de trabajo más enfocados a lo visual que a lo escrito, la lectura en voz alta de los profesores de los enunciados de las preguntas en los exámenes, trabajo de la memoria a largo plazo aumento de interlineados y formatos de papel más grandes, entre otras.
Y por último, la tercera línea de trabajo es la visibilización del problema, dar a conocer a la sociedad la importancia de que las personas con dislexia tengan respuesta a sus necesidades especiales. Alcántara ha explicado en este sentido que, mientras en otras discapacidades “nadie tiene dudas” de que ha de existir una respuesta específica por parte de la sociedad, en el caso de la dislexia, al ser “tan invisible”, presenta el problema de que “ni se acepta ni se comprende”. Por ello ha pedido a los medios de comunicación colaboración en la divulgación de los síntomas y consecuencias del trastorno.
El 8 de noviembre es el Día Mundial de la Dislexia y ADICA prepara varias acciones de formación, sensibilización y reivindicación, como jornadas de convivencia entre afectados, sueltas de globos, campañas de difusión o jornadas técnicas.
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