El equipo cadista disfruta este martes de un merecido día de descanso antes de regresar al trabajo para preparar el que podría ser último partido importante de la temporada.
Desde que el sorteo decidiera que el partido de vuelta frente al Real Oviedo se disputara en el Ramón de Carranza, el equipo arde en deseos de disfrutar del ascenso rodeado de su afición.
De momento, el primer paso dado no ha sido malo, ya que un empate con goles parece un resultado soñado por los más optimistas antes de visitar a un equipo tan fuerte como el asturiano.
Pero queda poner la guinda a la eliminatoria y no se quiere dejar ningún cabo suelto. De momento, tras realizar ayer lunes una suave sesión de recuperación en las instalaciones de El Rosal, la plantilla desconectará hoy para recargar las pilas.
Ya el miércoles se retomarán los entrenamientos, de nuevo a puerta cerrada en El Rosal, algo que, si no cambian los planes previstos, se repetirá tanto el jueves como el viernes.
En estas sesiones Claudio Barragán deberá pensar cómo sustituir a Garrido, expulsado por doble amarilla en el partido de ida. El vasco ha sido un pilar básico durante la temporada, pero no podrá jugar el partido más importante del curso.
La cita será este domingo en el Ramón de Carranza a partir de las 18.00 horas, cuando los locales esperan disputar su último partido en Segunda División B.
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