La solemnidad y el recogimiento comienzan siempre en la Semana Santa gaditana de la mano de esta cofradía, la primera de negro. Y por segunda vez se abrieron las puertas de San Francisco para que la sobrecogedora imagen del antiquísimo Cristo de la Vera-Cruz partiera en su recorrido, iluminado por la luz del sol, habida cuenta de lo tardío de las fechas de esta Semana Santa. Al igual que ocurrió con el Nazareno del Amor, muchísimo público se congregó también para la salida de esta elegante cofradía, la última en efectuar su salida procesional por las calles gaditanas.
El paso del Cristo de la Vera Cruz iba acompañado por la capilla musical Lignum Crucis de San Fernando, en honor a la reliquia que desfila en andas en este cortejo cada Lunes Santo por Cádiz.
El paso de Nuestra Señora de la Soledad, exornado con orquídeas, lució en todo su esplendor desde su salida y causó la admiración general. El palio inició su camino acompañada de los sones musicales a cargo de la Banda de Música Municipal de Chiclana Maestro Enrique Montero hacia San Francisco para la clásica estampa de su giro a la derecha por Cristóbal Colón camino de la estación de penitencia en la Catedral, poniendo un broche de oro a un Lunes Santo magnífico en la capital gaditana.
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