Andalucía

La Diócesis de Cádiz y Ceuta tiene repartidos 46 misioneros por todo el mundo

Cristina, una gaditana de 31 años, partió ayer hacia Mozambique para contribuir a la labor que desarrollan en Nacala los Misioneros Laicos Vicencianos.

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  • Cristina en Angola.

Según el Secretariado Diocesano de Misiones, la Diócesis de Cádiz y Ceuta cuenta actualmente con 46 misioneros repartidos por todo el mundo. El mayor número de ellos están repartidos por América (24), seguido de África (16), Asia (2) y Europa (4).

Uno de ellos es Cristina, una gaditana de 31 años, maestra de Educación Física y Licenciada en Psicopedagogía, que partió ayer hacia Nacala (Mozambique), donde permanecerá hasta finales de agosto, con la comunidad de Misioneros Laicos Vicencianos. No es la primera vez que Cristina viaja como misionera. El año pasado estuvo en  Balombo (Angola) durante dos meses, con la comunidad de las Hijas de la Caridad de la Provincia de San Vicente de Madrid.

Su inquietud como misionera empezó hace muchos años, desempeñando su labor en Cádiz y alrededores. Un día se planteó por qué no abrirse a nuevas experiencias, “y fue entonces cuando me lanzé a esta aventura que Dios te propone en tus vacaciones para dar tu tiempo a los más pobres, y ahora vuelvo a responder a su llamada”.

El objetivo de esta misionera es “seguir creciendo en la fe”, y contribuir a la evangelización “en aquellos lugares donde las personas aún no han descubierto a Jesucristo resucitado”.
Cristina confiesa que en la maleta se lleva su experiencia de Fe para “compartir con el pueblo mozambiqueño, un saco de alegría para ser persona acogedora y cercana y comprensión para saber aceptar las realidades de otra cultura diferente como la Macua”.

Después de la experiencia en Angola, su familia ve con otros ojos su vocación misionera, “aunque siempre les cuesta entendero”. Entre sus amigos hay de todo; los que sienten envidia por su arrojo y los que piensan que directamente “estoy loca”, a lo que siempre responde con la letra de una canción que viene a decir que  “es necesario andar contracorriente en esta tierra y que en el fondo merece la pena estar loco.”

Cristina anima a todos los jóvenes a que se embarquen en esta aventura. Eso sí, para ello hay que tener vocación “siendo una persona de fe, sencilla, querida por Dios, una persona que da gratis lo que tiene”.

La realidad del SIDA en Nacala es muy grave, por ello puso en marcha un proyecto de acogida y seguimiento de enfermos de sida y enfermedades de transmisión sexual. También es urgente apoyar la labor educativa. Hace unos años se construyó un centro pastoral que puede utilizarse como biblioteca y lugar de estudio para ayudar a muchos niños y mayores que están excluidos del sistema.

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