El gaditano Álvaro Bernal representará a España en un festival paramusical en Rusia

El joven participará en el mes de noviembre en un certamen en el que se pretende poner en valor el talento de los artistas con discapacidad. En su caso la deficiencia visual le sobrevino de mayor, lo que le ha obligado a reorientar su carrera y a someterse a un duro proceso de adaptación.

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  • Álvaro Bernal Díaz.

Tiene 24 años, es licenciado en Arte Dramático por la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla y actualmente estudia el último grado profesional de música, en la especialidad de Canto, en el Conservatorio Profesional de Música “Cristóbal de Morales”, de Sevilla. Álvaro Bernal Díaz lleva toda la vida cantando, desde pequeño. Primero en los coros de Iglesia, luego en el de los Seises de la Catedral de Cádiz y, a continuación, en la Coral Universitaria (donde ingresó cuando apenas tenía 15 años). Con ésta última formación se subió a las tablas del Teatro Villamarta de Jerez con 16 años y esa experiencia con la ópera Norma, de Vincenzo Bellini, le valió para saber que su vida estaba ahí, sobre los escenarios y que quería dedicarse a las artes escénicas. Álvaro Bernal es un ejemplo de superación. En mitad  de su aprendizaje superior padeció una enfermedad que le dañó la vista, dejándole sólo un 4% de visión. Lejos de rendirse, este joven siguió luchando. A diario hace un esfuerzo titánico para adaptarse a su nueva vida, a sus nuevas circunstancias, un proceso que según él ha sido más sencillo gracias al apoyo incondicional de su familia y de sus amigos. Afortunadamente, su instrumento de trabajo, la voz, está intacto y en perfectas facultades. Incluso mejor que antes, porque en el proceso de transformación de Álvaro, la garganta le ha acompañado. El talento se ha querido concentrar en sus cuerdas vocales.  En noviembre partirá a Moscú para participar en un festival de música internacional representando a España. De entre todos los candidatos que optaban al puesto, este gaditano ha sido el seleccionado.

¿Cuándo se marcha a Rusia para participar en el festival paramusical?
—Me voy en noviembre. Es un certamen internacional de música que este año cumple su séptima edición. Poco a poco se va mejorando, y este año no sólo se hace en Moscú, sino que realizaremos una minigira por otras ciudades rusas. Serán entre tres y seis conciertos con vistas a que el año que viene se pueda ampliar a China, Italia y España y yo tengo opciones de repetir. Todos los participantes tienen un común denominador y es que tenemos alguna discapacidad. A mí la organización me llamó antes del verano para comunicarme que me habían escuchado y que había sido preseleccionado. Envié más datos y material audiográfico que a su vez fue remitido a Rusia, porque este festival está organizado por el Gobierno ruso. La semana pasada me confirmaron que el representante por España era yo.

¿Cómo se entera de este festival?
—Todo parte de la representante del año anterior, una chica ciega que participó en Operación Triunfo. Su nombre artístico es Coraluna. Ella vive en Sevilla y yo la conocí el año pasado. Por lo visto le preguntaron quién creía que podría ir este año y como me había escuchado dijo mi nombre. Me escucharon, les gusté y me preseleccionaron.

¿Ha pensado ya en las canciones que va a interpretar?
—Tengo que interpretar el aria de la ópera Tosca de Giacomo Puccini que se llama E lucevan le stelle (Y brillaban las estrellas). Me han dicho que estaré acompañado de la Orquesta Sinfónica de Moscú y es probable que del Ballet de allí. Me acompañará al piano Víctor Gómez, un chico de sevilla, también deficiente visual como yo. Nos presentamos juntos y nos han seleccionado a los dos.

Tiene 24 años pero ya tiene un currículum bastante prometedor...
—Bueno, eso no lo tengo que decir yo. Con la Coral Universitaria representé la zarzuela La Gran Vía. También he cantado El Mesias de Händel en el Gran Teatro Falla y he acompañado en el escenario al tenor Ismael Jordi en el Teatro Lope de Vega de Sevilla. De manera individual he participado en el montaje de la ópera Marina, de Emilio Arrieta y he cantado en numerosas misas. Como actor he trabajado en muchos teatros, como en el Central de Sevilla, y he estado contratado como actor en el Teatro Maestranza haciendo trabajos de figuración en varias obras.

Da la impresión desde fuera que es un mundo muy difícil...
—Es muy complicado y más en mi situación, pero no me preocupa en demasía. La vida me ha enseñado que hay que vivir el día a día, así que me planteo el futuro pero sin obsesionarme. Por ahora en lo que pienso es en sacarme el grado profesional y ver cómo puedo hacerlo porque es la primera vez que me enfrento a los estudios  con deficiencia visual. Si me va bien me sacaré el grado superior de Canto y me moveré por ahí todo lo que pueda. Si puedo meterme en un coro profesional de escena, sería perfecto. A mí la deficiencia no me impide actuar como actor, sólo necesito un poco más ensayo que los demás, pero puedo hacerlo.

¿Además de este proyecto tiene algún otro en mente?
—El 22 de octubre, en la Iglesia de San Julián, en Sevilla, daré un pequeño concierto delante de la Hiniesta acompañado de la Banda de Música del Carmen de Salteras por el 450 aniversario de las primeras reglas penitenciales de la Hermandad. También es probable que dé clases de canto para personas ciegas o con deficiencia visual.

Su caso es muy particular porque no nació con ese problema en la vista, sino que le ha sobrevenido con los años. Eso supone un esfuerzo brutal para adaptarse a una nueva forma de vida en todos los ámbitos, en el personal y en el profesional.
—Es un ‘shock’ muy duro porque supone un cambio de planes sobre la marcha. Me quedé en un primer momento ciego total y después recuperé un poco. Ahora mismo sólo tengo un 4% de visión pero es suficiente para valerme por mí mismo casi para todo. Es un cambio muy duro y muy drástico pero lo he llevado bien porque he tenido mucho apoyo. Es un proceso de adaptación difícil, que me ha costado pero lo estoy consiguiendo.

Y cuando uno está en esa situación es cuando se da cuenta de las lagunas que tienen muchas profesiones para poder desarrollarlas.
—Hombre, por supuesto. Al menos yo tengo la suerte de que he estudiado una carrera que, en parte, voy a poder desempeñar. A lo mejor no en plenitud como yo tenía pensado, pero creo que sí voy a poder dedicarme a esto. Imagínate si hubiese estudiado para controlador aéreo; en ese caso no tendría ninguna opción. Sin embargo, en otras carreras despuntan los ciegos, como por ejemplo, en Fisioterapia.

¿El festival otorga algún premio?
—No. Son una serie de conciertos pero sin concurso. Participan todas las provincias de Rusia, y varios países.

Pues mucha suerte y a dejar el pabellón de España muy alto.
—Muchas gracias. En eso estamos. No va a ser por falta de ganas, ni de trabajo. Estamos muy ilusionados y vamos a darlo todo.

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