Sevilla

Lunes Santo, esplendor entre las nubes

Los pronósticos auguraban ausencia de lluvia y así fue a pesar de las primeras gotas. A destacar el paso del misterio de San Gonzalo y el Cristo de la Vera-Cruz por Campana

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  • Minsterio de San Gonzalo -

El esplendor del Lunes Santo venció a los negros nubarrones que, intermitentemente, lloraban sobre Sevilla hasta que el viento los arrastró y se impuso el sol, abochornando buena parte de una jornada plena y brillante en la que las hermandades han rendido su particular homenaje al Año Jubilar de la Macarena y al 75 aniversario de la Virgen de la Paz.

Como el Domingo de Ramos, también Sevilla se volcaba en su Lunes Santo, especialmente por la tarde, cuando el centro se convirtió en un hervidero buscando el lugar predilecto para ver el paso de palios, misterios y crucificados, escuchando saetas desde balcones y ventanas, e intentando sacar la mejor instantánea, esa postal de la que emane la esencia de la Pasión y Muerte de Cristo.

Desde muy temprano se arremolinaban hermanos, costaleros y nazarenos en torno a la parroquia de San Ignacio de Loyola para acompañar a La Paz, mirando hacia el cielo, consultando pronósticos que insistían en la ausencia de lluvias, soportando sin temor las leves gotas de lluvia que amenazaban al Cautivo del Polígono, acelerando su paso por Luis Montoto.

La misma sensación se repetía con Santa Genoveva en su partir desde el Porvenir, una desazón que incluso acompañó los primeros pasos de San Gonzalo desde su parroquia, pero el sol fue abriéndose camino entre las nubes y Sevilla pudo disfrutar de su Lunes, con Las Aguas esperando en las Atarazanas.

Mientras unos buscaban la vuelta de La Paz en Las Setas de la Encarnación, otros se dirigían al puente de Triana a esperar el impresionante misterio de San Gonzalo que, como siempre, hizo levantarse en Campana a los presentes con su buen hacer costalero, la misma entrega que después se palpa, se siente y se disfruta de vuelta a su casa, aunque este año hayan acortado el recorrido y eviten dar esa vuelta en la que, hasta ahora, la cuadrilla echaba los restos.

El Lunes Santo es día de buenas bandas, de grandes marchas, pero también de profundos silencios y solemne música de capilla, especialmente estremecedor el grupo vocal e instrumental que acompañaba el paso del Cristo de la Vera-Cruz, cuyo hermano mayor, Francisco Berjano, ha sido el pregonero de este año. La sobriedad extrema volvía a ponerla El Museo y sus antiquísimas imágenes, especialmente la de su Cristo de la Expiración. Y también el doble paso de la hermandad de Las Penas por la Campana al modificar su vuelta a la iglesia de San Vicente pasando por Sagasta,Jovellanos, Tetuán y Velázquez.

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