La empresa municipal de la vivienda, Emvisesa, ha incluido en su estrategia de ampliación urgente del parque público, que prevé incrementar en más de un millar en los próximos tres años, un proyecto piloto, aún en estudio, basado en el concepto de la vivienda evolutiva o de autoconstrucción por etapas, en la que son los propios usuarios los que se encargan de ir definiendo el espacio de sus pisos dependiendo de su ciclo vital y necesidades.
El proyecto piloto, cuya implantación sólo está en estudio, ha sido expuesto por el director gerente de Emvisesa, Felipe Castro, en su informe sobre la nueva estrategia para la ampliación urgente del parque público de vivienda, aprobado con los votos de PSOE y Ciudadanos, la abstención de PP y Participa y el rechazo de IU.
La estrategia incluye entre sus prioridades la reutilización de viviendas privadas desocupadas para alquiler social (unas 470) y aprovechar las bolsas de suelo público para construir y rehabilitar, bajo la premisa de la viabilidad y sostenibilidad económica, viviendas hasta alcanzar los 545 pisos en las zonas Sur, Torreblanca y Macarena.
Emvisesa espera destinar el 80% de este millar de viviendas al alquiler, atendiendo así a los 5.466 inscritos en el registro de demandantes (50 en riesgo de exclusión y 400 con necesidades urgentes) mientras que el resto, unas 236, se reservan a venta para hacer viable la operación, que además contempla ser financiado con un crédito de 65 millones -de los cien en los que se cifra el plan-, además de otras aportaciones.
La vivienda evolutiva
La novedad del informe incluye un proyecto piloto ideado a partir de las experiencias de autoconstrucción en las que las viviendas se construyen por etapas o de forma progresiva, dependiendo de las necesidades familiares. Es lo que Felipe Castro ha denominado como “vivienda evolutiva”, la unión de la autoconstrucción progresiva “con los requerimientos de la ciudad compacta y la optimización tanto del recurso suelo como de la financiación pública unido a la planta libre de movimiento moderno”.
A nivel práctico, la idea de Emvisesa es realizar una promoción de viviendas plurifamiliares aplicando el concepto de “vivienda contenedor”, es decir, a partir de elementos básicos indispensables para una vivienda digna (baño, cocina abierta y dormitorio) y partiendo de 70 metros cuadrados iniciales, cada usuario definiría cómo sería su vivienda, dependiendo de su ciclo vital y necesidades.
Costes, un 30% menos
Según Castro, los costes de construcción se reducirían en torno a un 30% y, partiendo de un proyecto para ser edificado con su licencia de ocupación, sería susceptible de “evolucionar junto a sus habitantes” y bajo la dirección de los técnicos de Emvisesa. “Dispondríamos de un edificio con todas sus viviendas terminadas pero sin la totalidad de las piezas que podría llegar a tener mediante una fragmentación del espacio original”, expone Castro.
Para el director gerente de Emvisesa, esta vivienda evolutiva “no es más que la base teórica sobre la que avanzar en la redacción de proyectos arquitectónicos” incluyendo nuevas fórmulas de obtención de vivienda y participación en su gestión.
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