Obligarnos a conocer Jaén

He hecho un experimento en el último mes, muy sencillo y básico... y con resultado poco alentador. La cosa ha sido preguntarle a la gente más variada y heterogénea cuándo fue la última vez que subió al castillo de Santa Catalina, nuestro castillo.

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He hecho un experimento en el último mes, muy sencillo y básico... y con resultado poco alentador. La cosa ha sido preguntarle a la gente más variada y heterogénea cuándo fue la última vez que subió al castillo de Santa Catalina, nuestro castillo.
Y lo mismo de los Baños árabes, o del Museo Provincial, entre otros lugares que todo jienense debería tener la curiosidad de visitar al menos una vez en su vida. La verdad es que entre personas de mayor edad casi todos conocen su patrimonio, aunque hace años que no vuelven para redescubrirlo. Los de mediana edad incluso desconocen ciertos rincones míticos del Jaén turístico y cultural, pero las nuevas generaciones -y me refiero a personas que cuentan ya con 20 años- es que ni saben que en Jaén hay unos Baños Árabes. Me explico así que la semana pasada cuando visité el Museo Provincial, en la hora y media que estuve en sus instalaciones, no había un alma y sólo entró una pareja. ¿No hay turistas, no hay jienenses amantes de su patrimonio? Desde luego que es sabida y conocida la desidia de los jaeneros por lo nuestro, he aquí uno de los males endémicos que no nos permite crecer, pero es que es necesario que pongamos solución a este desatino. Es increíble que haya tantos paisanos que ni siquiera sepan que en el castillo existe un museo, tantos otros que no pisan el mirador de la Cruz desde su niñez, bastantes que en su vida han puesto un pie en el Museo y muchos que desconocen la majestuosidad de unos Baños Árabes que, además de ser los más extensos de Europa, fueron galardonados con el "Europa Nostra" a la restauración. O sea, que buscamos el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco para la fascinante Catedral (que se lo merece de sobra)y a la vez no valoramos el reconocimiento (también de la Unesco) de nuestros Baños. Es responsabilidad de cada cual preocuparse de su ciudad, conocerla en sus raíces, quererla en el conocimiento, pero es que también las administraciones podrían sensibilizarnos, señalizar cómo legar a unos sitios y otros... y los padres de Jaén deberíamos llevar alguna tarde a los niños a conocer las colecciones íberas y de pintura del Museo, darles un paseíto por los pinares del Castillo y enseñarles la ciudad desde arriba, desde la Cruz. Eso y mucho más, adentrarnos con los niños en el barrio antiguo y dárselo a conocer, sensibilizarlos a amar su tierra, proteger sus tesoros heredados. Es increíble que seamos capaces de vivir cada fin de semana para llevar a los niños a los centros comerciales y no sepamos encontrar un hueco para llevarlos a conocer Jaén, su esencia. Sorprendería a muchos ver la cara de felicidad que se le queda a estas criaturas cuando ven los cuchillos y las hachas de los iberos.Y, para ello, los mayores tenemos que redescubrir Jaén y darlo a conocer, a propios y extraños, empezando por nosotros mismos y por nuestros descendientes.

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