Nuestra barbateña tiene el curioso don de encantar al paladar con sabores y texturas, de convertir solo ingredientes en grandes manjares. Charo Lorenzo lleva a su tierra por bandera y lo demuestra cada semana como concursante del programa culinario de Canal Sur ‘La tapa es nuestra’, donde se ha ganado el apoyo del público y el reconocimiento del equipo del concurso televisivo por su buen hacer y su simpatía.
De padre conileño y madre barbateña, Charo se mueve con soltura entre los mares mecidos por el Levante y las huertas bañadas por el sol, orgullosa de su tierra. Durante la emisión del concurso es habitual verla haciendo alarde de sus orígenes y a la menor ocasión “siempre digo que soy de Barbate y vivo en Conil”. Además, para Charo “ser una de las personas que puede hablar bien de su pueblo por televisión es algo muy importante”.
Este orgullo sincero tiene respuesta en el cariño de sus vecinos, que habitualmente la reconocen por la calle como ‘la muchacha de la tapa’, algo a lo que ella ya se ha acostumbrado y que reconoce que le gusta.
Vocación desde niña
A Charo le picó la curiosidad por los fogones siendo todavía una niña y a los diez años aprendió a cocinar “viendo a mi madre y a mi abuela”. Siendo aún muy joven, trabajaba en verano en bares y restaurantes “para ayudar en casa” como camarera pero, sobre todo, dentro de la cocina. Sin embargo, el destino hizo que su vocación no fuera unida a su formación y aunque Charo sabe de fogones como la que más, una vez finalizado el instituto estudió técnico de abaniquería en la Escuela de Arte de Cádiz.
Sin embargo, nunca abandonó su gusto por la buena cocina y sus ganas de dedicarse a la gastronomía, y la falta de trabajo la llevó a montar junto a su pareja dos bares, primero en El Colorao y después en Zahara, que por mala suerte y por la crisis tuvieron que cerrar. Ahora, espera que su aparición en el concurso de Canal Sur le abra de nuevo las puertas del mercado laboral, ya que reconoce que ‘La tapa es nuestra’ es el mejor escaparate para mostrar su talento y tenacidad.
Además, reconoce que gracias al programa “he conocido productos y técnicas que de otra forma no habría aprendido”, siempre dando a valer los de su tierra, ya que “el mejor atún es el de Barbate y las mejores verduras las de Conil”.
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