Luz o caos

Sin término medio: la vergüenza no existe. Para ser precisos, la perdimos el mismo día en que Roldán se cepilló la caja de los huérfanos de los civiles y se le ayudó a huir, por aquello de la manta, recuerda. Todo lo que no llovió en años está cayendo ahora en un aguacero interminable de corruptos,

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Sin término medio: la vergüenza no existe. Para ser precisos, la perdimos el mismo día en que Roldán se cepilló la caja de los huérfanos de los civiles y se le ayudó a huir, por aquello de la manta, recuerda.
Todo lo que no llovió en años está cayendo ahora en un aguacero interminable de corruptos, receptores, comisionistas, vividores, pillasobres, mangasanchas y otros orines que corroen la democracia hispana. Un desastre.

Había pensado abrir pidiendo a la alcaldesa el cumplimiento cabal de eso de “más transparencia con el dinero público”, que ahora canta por ventas y tablaos un Rajoy grogui que pone nombre a la etapa más corrupta de la historia de España. Pero mejor entramos en ambiente y luego descendemos a las tinieblas locales.

De todo lo que apareció en prensa ―hasta el momento―que un tipo locuaz y mentiroso, trapacero y abonado a los bulos, fuese agraciado con un X5, algún aguinaldo tipo casa y pisito con glamur, se entiende. No se disculpa pero se entiende.

Distinto es cuando la corrupción llega con tufo a cutre. Me explico. De todos los que se pringaron con las tarjetas negras de Caja Madrid, el jeta namber guan fue aquel que llegó a cargar 1,20 por el peaje de la autopista. ¡Un euro con veinte! Este apuntaba a la tarjeta hasta el donut de las doce.

Y de los del Club de Amigos de Suiza que capitaneaba el tal Granados, el más miserable fue el que se vendió por un manojo de tiques que le abrían las puertas de los puticlubs más caros de Madrid. Penita de vida: pringarse por dos polvos simulados con una veinteañera rumana. Merece los años de talego que le toquen y un plus por gilipollas rijoso. Un fenómeno.

Después tenemos a la Partida Sevillana. Dulce Alaya señala millones de euros, pero yo me quedo con el nota que pidió que le pagaran los favores delictivos ¡en Viagra! Leyó usted bien. La indigencia moral llega a tanto que, además de la mordida, pretendían que el Viagra se convirtiera en moneda de curso legal. Querer y no poder… La próstata. Terrible.

España se va en chistes leperos y Mariano aplica parches sor Virginia en la sanación de un cáncer con metástasis que amenaza al tuétano mismo de la democracia. En Cáceres fue. Rodeado de júligans estaba. El mismo día en que supimos que el “pepero rojo” Monago se iba de novieta colombiana a Canarias: paga el Senado: business class. Primero niega. Después llora. Luego dice que devolverá hasta el último céntimo… Solo faltaba. Pero que de dimitir, nada, puesto que hizo lo que hacen todos: Così fan tutte. Ovación y vuelta al ruedo. ¡Que le den las orejas de Rajoy!

Sólo abandonaremos esta situación enfermiza dando cuentas al pueblo de todo y de todos. Y en todos los niveles. Un poner: hora es que las mascas del Ayuntamiento digan cuánto se llevó de sueldo neto cada una de nuestras alcaldesas por montar a Ronda en el XIX y pasearse con los reyes del mambo y del vino pijoguay entre los seis mil que van de Don Simón.

Y digo en su totalidad y por todos los conceptos, copia de cuenta en mano. No es malicia sino aplicación de la transparencia que cacarean. ¿Cuánto cobran en limpio ellas y cada uno de los concejales, incluidos los de la oposición? ¿Por cuánto nos sale un furriel de confianza? ¿Por qué unos funcionarios perciben el plus que a otros se les niega?

No valen trucos contables. Lo que se pide es un informe de la Intervención, lacrado en la Secretaría General, donde se lea cómo y quiénes viven a expensa nuestra. Si alguno tenía además gratificación o detallito vía Bendodo, pues igual. Eso sería transparencia y lo demás solo cuentos, y no cuentas. O lo hacen ahora, motu proprio, o lo hará Errejón en unos meses, no más.

Y ya puestos, si nos aclaran el coste de los caminos bodegueros ―¡y dale!― mientras los públicos se dejan para un mañana que nunca llega, pues mejor que mejor. Monago somos todos: también este equipo de gobierno. Mirar por sí, por los suyos y aplicar las políticas sectarias y vengativas más cutres que los siglos vieran. Eso hicieron.

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