Los méritos literarios del poeta Jorge de Arco (Madrid, 1969) son incuestionables: Premio Internacional de Poesía ‘San Juan de la Cruz’, Premio ‘Ciudad de Alcalá’, Premio ‘Comunidad de Madrid de Arte Joven’, Premio ‘José Zorrilla’, Premio ‘Rafael Morales’…, entre otros muchos que jalonan la ya amplia trayectoria del escritor.
El autor de ‘La constancia del agua’, ‘Las imágenes invertidas’, ‘De fiebre y desiertos’, ‘Con el balón en juego’, ‘Las horas sumergidas’ o ‘De la casa que habitaste’ ha recibido, además, distintos galardones:‘Fray Luis de León’, ‘Vicente Aleixandre’, ‘Villa de Aoiz’, ‘Santa Teresa de Jesús’, ‘Ángel García López’, ‘Leopoldo de Luis’, Jorge Manrique’, etc.
En la actualidad ejerce como profesor universitario de Literatura Española e Hispanoamericana. Ha traducido poesía inglesa, norteamericana e italiana. Pertenece a la Asociación Española de Críticos Literarios y es miembro de la Academia San Dionisio de Jerez.
Desde hace ya más de una década, Jorge de Arco es un asiduo colaborador de este periódico con su sección de crítica literaria ‘Notas de un lector’. Cabría recordar que también dirige la revista poética ‘Piedra del Molino’, cuyo nombre, ni que decir tiene, se inspira en la legendaria calle de Arcos de la Frontera.
Esta semana será nombrado Hijo Adoptivo de Arcos como reconocimiento del Ayuntamiento hacia su trayectoria y sobre todo por la difusión que viene realizando de la actividad cultural del municipio, trasladándola más allá de sus fronteras. Sin embargo, este nombramiento no es novedad para Jorge de Arco, pues ya fue nombrado Hijo Adoptivo de Fontiveros, el pueblo que vio nacer al insigne San Juan de la Cruz. El expediente y su correspondiente comisión instructora se iniciaron hace unos meses, en un proceso que desemboca con este nombramiento.
Digo, Jorge, que el nombramiento no es una novedad en su caso, pero viniendo de Arcos…
–En efecto, hace ya una década recibí del Ayuntamiento de Fontiveros el inmenso honor de hacerme Hijo Adoptivo de esa tierra tan entrañable y lírica. Pero como bien dice, viniendo de Arcos, mi sentimiento guarda una mayor emotividad por cuanto de enraizada está aquí mi vida y mi literatura. Mi familia por parte de madre y padre es arcense: mis abuelos, mis tías y tíos, primas y primos, e incluso cuatro de mis cinco hermanos han nacido es este bellísimo pueblo. Por todo ello, este nombramiento, además de enorgullecerme, me llena de alegría y me acompañará siempre, pleno de emotividad y de vívidos sentimientos.
Sería inevitable transmitir hoy unas palabras sobre su familia literaria por el incalculable poso que le ha dejado como escritor y poeta. ¿Es a ella, a su familia, a quién dedicaría este nombramiento?
–Por fortuna, el hecho de tener un padre y un tío escritores me ha permitido estar en contacto permanente con la literatura. Ellos me contagiaron su común pasión por la magia de las palabras. Gracias a ellos, y desde muy pequeño, fueron muchos los poetas, novelistas, narradores que fui conociendo. Tengo un recuerdo excepcional de esos instantes y, ahora, tanto tiempo después, me siento privilegiado por haber podido compartir algunos ratos inolvidables con aquellos autores. Por supuesto que esta distinción va dedicada al grueso de mi familia, porque desde mis primeros pasos en las letras fueron un sostenido apoyo, un incesante estímulo y un grato ejemplo donde reflejarme.
Hoy, supongo, tendrá unas palabras para ‘Piedra del Molino’, que ha sido y es una revista que no solo ha prestigiado la cultura de Arcos y sobre Arcos, sino que ha actuado como ‘embajadora’ de nuestra ciudad…
–Lo cierto es que ‘Piedra del Molino’ nació en la primavera de 2004 y, desde entonces, hemos mantenido nuestra periodicidad -dos números por año- y nuestra pluralidad. En los 27 números editados hasta ahora no ha repetido ningún poeta, lo que significa que en esta larga década han desfilado por nuestras páginas más de 800 escritores diferentes, nacionales e internacionales. En este tiempo, el nombre de Arcos ha ido trazando en cada entrega una hermosa silueta de su compromiso con la cultura, de su mejor apuesta por la poesía. Hay que recordar que las revistas son un vehículo excepcional para dar cuenta de las actuales tendencias y propuestas literarias; además, es una manera de unir en un mismo espacio a las autoras y los autores consagrados, a los de obra ya asentada y a los que se inician en el ámbito lírico. El hecho de mantener nuestra revista en formato papel es una apuesta firme que, a pesar los complejos tiempos que se atraviesan, sigue siendo una seña de identidad de ‘Piedra del Molino’.
¿En qué se encuentra trabajando actualmente? ¿Tendremos pronto, tal vez, un nuevo poemario?
–En mayo de este año terminé un nuevo poemario que espero vea la luz el próximo año. Ha sido un proceso de gestación lento, de casi dos años. Durante las vacaciones estivales, también concluí un libro de versos para el público infantil y juvenil. Este volumen me ha devuelto a la literatura para niños, un ámbito que tenía algo olvidado desde que editase en 2010 ‘Con el balón en juego’. Ha sido un verdadero placer sumergirme nuevamente en este género.
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