La Delegación municipal de Medio Ambiente, junto a la Diputación de Cádiz y la empresa Agrobío han puesto en marcha un tratamiento pionero en la zona para combatir la plaga de la Cochinilla del Carmín, el insecto que desde hace dos años viene causando auténticos estragos en las chumberas.
Según explica el técnico Darío Cuadrado, de la empresa Agrobío, el tratamiento consiste en la suelta de otro insecto que actúa como depredador de la Cochinilla en general, con especial predilección por la del Carmín. Cada insecto puede llegar a ingerir al día hasta 60 cochinillas. El depredador puede realizar durante su ciclo hasta 400 puestas en el cultivo, con lo cual su grado de reproducción es muy importante, con lo que se puede llegar a controlar la plaga de la Cochinilla del Carmín. Sin embargo, el resultado de este tratamiento no es a corto plazo, pues habrá que esperar unos meses para comprobar cómo va su cría y su incidencia sobre la población de Cochinilla. Además, no es aconsejable que durante este tratamiento se hagan otros paralelos porque podrían dañar al insecto depredador.
Este método experimental se ha aplicado inicialmente en las chumberas de la carretera de El Jadramil, y en función a sus resultados se aplicará en otros puntos de la ciudad.
Después de varios tratamientos infructuosos, consistentes en la aplicación de determinados fitosanitarios e incluso del corte y enterramiento de la planta, ahora se implementa un método que, al parecer, ha dado buenos resultados en la provincia almeriense.
La lucha contra la Cochinilla del Carmín ha tenido especial incidencia en el término de Arcos estos años, ya no solo porque las chumberas abundan en la zona, sino porque al encontrarse en la ladera de la peña, el insecto venía causando molestias a la población del colindante casco antiguo, y por tanto a los vecinos y turistas que se acomodan en las terrazas de verano para mitigar el calor. También en el caso de Arcos, se tuvo que contratar a una arqueóloga al afectar el tratamiento sobre la Cochinilla a una zona de valor arqueológico.
Desde el Ayuntamiento de Arcos, su delegado municipal de Medio Ambiente, Diego Carrera, señala que la colaboración entre las instituciones es clave en este asunto, al tratarse de una planta extendida por toda la provincia y Andalucía. A su vez, desde Diputación se aplaude que Arcos haya sido el único municipio de la provincia que parece haberse tomado muy en serio la lucha contra la Cochinilla del Carmín. Por ello, Carrera confía en que, de dar resultado del novedoso método contra la plaga, el resto de municipios copie el modelo de Arcos.
El técnico de Medio Ambiente de Diputación, Sebastián Pavón, admite que “Arcos va por el buen camino” en la lucha contra la plaga. Sin embargo, no deja de entender que la proliferación de la Cochinilla del Carmín ha sido, también, consecuencia del continuo uso de tratamientos para otras plagas y cultivos, con productos de procedencia dudosa en muchos casos y que en ocasiones causan daños al medio ambiente en el intento de salvar otras situaciones. Cabría recordar que las chumberas no son autóctonas. Se trata de una planta originaria de México, pero que desde hace siglos viene formando parte del paisaje tradicional de nuestra tierra. Su función ecológica es muy importante, ya que sujeta el terreno en las zonas más escarpadas evitando la erosión del suelo. Tradicionalmente también se ha utilizado para delimitar fincas y parcelas y como muro natural contra los efectos del viento, amén de proporcionar un exquisito fruto muy valorado por su sabor y sus virtudes nutricionales. También la hoja de la planta tiene, al parecer, propiedades medicinales.
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