Arcos

José Jurado, el creador del legendario Mississippi

El vecino de casi 84 años construyó en 1965 el famoso barco que un día surcó las aguas del lago de Arcos. Ahora que el barco permanece encallado

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El Ayuntamiento anunciaba recientemente su intención de recuperar la memoria del legendario barco bautizado en 1965 como Mississippi y que un día fue santo y seña del entonces incipiente turismo en Arcos de la Frontera. La embarcación que surcó las aguas del lago hasta los años noventa fue un símbolo de su época. Hoy día sigue encallado junto al Mesón de la Molinera, a la espera de que sea instalado en algún lugar emblemático, como se comprometía recientemente la Junta de Gobierno local, aunque ya, debido a su deterioro y al nuevo marco legislativo, no pueda seguir navegando.

La noticia en cuestión nos ha conducido a preguntarnos quién ideo tan curioso barco, por qué su nombre, cómo en una ciudad de interior podía surgir un proyecto así… Y quién mejor para despejar estas cuestiones que la persona que construyó el Mississippi. Es José Jurado Cabral, un hombre nacido en Espera pero afincado en Arcos toda la vida. Nació el 23 de septiembre de 1933. Actualmente disfruta de su jubilación y su familia en su vivienda de la calle Federico García Lorca, junto a Las Palomas. Lo curioso es que, sin tener ni la más remota idea de la industria aeronáutica, este hombre fue capaz de crear un barco partiendo de una plataforma que se ideó como complemento a la oferta de ocio del restaurante de la Molinera, como espacio destinado al juego, simulando así las legendarias embarcaciones que surcaban el río Mississippi en Estados Unidos que solían utilizarse para juegos de azar entre viaje y viaje.

José nos cuenta que el conde de Lebrija quiso hacer “una balsa para disfrutar del juego de cartas, de beber…”, y él le dijo que por qué no convertir esa plataforma en un barco. El diseño previsto inicialmente se parecía a “una silla”; es decir, que era muy poco estético. Propuesta una serie de cambios, José se puso manos a la obra con el beneplácito del conde propietario entonces de casi todo El Santiscal.

José guarda excelentes recuerdos de aquellos años sesenta, en los que el Mississippi cobró cierta fama, incluso en el extranjero. Todavía conserva en su memoria la imagen de 300 ingleses disfrutando del barco en medio de lago. Pero en la misma medida, mira con lástima un barco ahora olvidado y degradado: “Si el conde levantara la cabeza, el barco no estaría así”.
Curiosamente, José, que ha sido herrero y soldador casi toda la vida, hizo este trabajo prácticamente en el anonimato. De hecho, a día de hoy muy pocos arcenses saben que este hombre construyó el Mississippi. Sin embargo, a cambio de la tarea no recibió ni siquiera el regalo que le prometieron, lo cual es algo que a estas alturas no le preocupa. Tan solo ganó alrededor de dos pesetas por la hora de trabajo. Corría 1965. En junio de aquel año se terminó la ardua tarea, pero sin inauguración ni fiesta alguna.  No en vano, la noticia de que Arcos tenía un barco corrió como la pólvora, despertando la curiosidad de cientos de arcenses que fueron a El Santiscal para verlo. De aquel acontecimiento se hicieron muy pocas fotografías, ya que no todo el mundo disponía de una cámara en aquellos años.

José ha comprobado con gran pena cómo se encuentra ahora mismo el barco que construyó. El lastre de hormigón de 60.000 kilos hizo complicado su traslado a otro lugar. Incluso recuerda el intento del Mesón de la Molinera por convertirlo en una especie de bar que colocar junto a la piscina del famoso restaurante. Para José, lo ideal, sería colocarlo de nuevo en el embarcadero del Mesón mediante un sistema de pilares y utilizarlo como punto turístico, bar y museo.

Nuestro rudimentario ingeniero está felizmente casado y es padre de tres hijos (Diego, María José y Salud). Por su trayectoria vital, y por ser una buena persona, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Arcos tiene previsto rendirle un homenaje, con el que reconocerle que es una persona inquieta, abnegada y entregada a los demás. La federación ya avisará de tan entrañable cita.

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