La visita realizada al observatorio de aves de la cola del embalse de Arcos por el delegado territorial de Medio Ambiente de la Junta en Cádiz, Ángel Acuña, ha puesto de manifiesto cómo este espacio natural protegido sufre constantes agresiones, desde la rotura de puertas en las casetas de observación de aves hasta incluso de los árboles que pueblan el lugar, amén de que los más desaprensivos utilizan este paraje para hacer fuego, botellonas y, con ello, espantar a las aves que allí anidan.
Desde el Ayuntamiento de Arcos, su delegado municipal de Medio Ambiente, Diego Carrera, ha rechazado una vez más los actos vandálicos sobre el patrimonio natural en este caso y sobre un lugar de gran valor ecológico declarado como zona protegida, por lo que ha hecho un llamamiento a la población. Este espacio consta de dos casetas de observación de aves, fabricadas con paneles de madera y piedra que ya han sufrido graffitis. Su entorno, igualmente, ha sufrido la rotura de la valla que delimita el espacio del talud contiguo y otros daños visiblemente sin sentido alguno, salvo el de destrozar un equipamiento que más allá de su valor económico atesora un mayor valor aún como recurso natural.
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