El montaje de un circo en Arcos ha resucitado el debate sobre la utilización de los animales en los espectáculos; un asunto que, sin ser nuevo, ya ha dejado casos tan relevantes como el de Tordesillas, por citar uno de los más polémicos. Tal es así, que el pasado sábado diversas organizaciones ecologistas y partidos políticos realizaron una concentración protesta a las puertas del circo instalado junto al IES Guadalpeña, en el Barrio Bajo. Desde allí, colectivos como PACMA, ASOSA, IU, Arcos en Común y Equo protestaron no sólo por la utilización de los animales (leones, caballos, poneys, camellos y hasta un hipopótamo), sino porque dudan de sus condiciones higiénico sanitarias.
Sin embargo, los responsables del circo Roma aseguraban a este medio que su espectáculo cuenta con los parabienes de las administraciones, entre ellas del propio Ayuntamiento de Arcos que le concedió licencia de apertura para su espectáculo. Además, aseguran que han superado las inspecciones de la Consejería de Medio Ambiente y del Seprona, con lo que manifiestan cumplir la Ley y que sus animales no están en malas condiciones sanitarias ni hambrientos, como se ha comentado estos días por las redes sociales.
La dirección de la empresa declaraba ante este medio sentirse muy perjudicada por este tipo de reacciones ecologistas a su espectáculo. De hecho, la función cuyo inicio coincidió con la movilización fue suspendida. También aseguran que, aunque haya otros circos y espectáculos donde se maltrate a los animales, no es su caso, por lo que esperan que las asociaciones animalistas no “metan a todos en el saco”.
En este sentido, se produjo un lamentable suceso cuando un vecino de Arcos dio aviso al Seprona de la Guardia Civil de que había sido arrojado un gato a los leones, asunto que la dirección del circo desmintió ante este medio, como también espera que se respete su modo de vida basado en el trabajo de cuatro generaciones y en su trato con los animales.
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