La Delegación municipal de Medio Ambiente ha iniciado el tratamiento contra la oruga procesionaria, que desarrolla su crianza en los pinos, entre otros tipos de árbol. De ahí que numerosos arcenses pudieran comprobar la cantidad de estos ejemplares que abunda estos días en el Pinar de la Plata, donde el pasado domingo se celebró la Fiesta de la Bicicleta. La plaga, a pesar de los trabajos previos, provocó en torno a una treintena de atenciones sanitarias por picores y enrojecimiento de la piel, algunas de ellas en el centro de salud.
De esta forma, el concejal responsable del área, Diego Carrera, ha dado instrucciones a los operarios de la sección de parques y jardines al objeto de comenzar los trabajos contra la plaga.
Con ello se pretende minimizar las molestias que acarrea la procesionaria, sobre todo en las áreas más próximas a los núcleos residenciales. Los trabajos se están desarrollando en espacios ajardinados públicos, como el parque La Verbena, el jardín botánico y El Santiscal; en centros educativos, como el del propio Santiscal, y el instituto de Los Cabezuelos; y en los pinos aislados que se encuentran en otros puntos del casco urbano.
El tratamiento de la oruga se aplica en varias fases de su crecimiento. En esta época del año, cuando ya se encuentra en su etapa adulta, se emplea un insecticida específico de escasa toxicidad y bajo impacto ecológico. Las molestias de la procesionaria se manifiestan en forma de urticarias y alergias en personas y animales domésticos. Las orugas están recubiertas por unos filamentos urticantes que se dispersan y flotan en el aire, produciendo irritación en piel, ojos y nariz.
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