Arcos

Arcos hace justicia con el campeón ecuestre Curro Calderón

La glorieta de El Elefante Azul ya luce un monolito en su recuerdo. La inauguración del monumento quiso convertirse en la primera cita de la Feria de San Miguel, en la que el admirado jinete nunca faltaba

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  • Inauguración de la glorieta. -

El bautismo de la Feria de San Miguel no ha querido ser la clásica inauguración con el encendido del alumbrado extraordinario, sino el descubrimiento del monumento dedicado al recordado campeón ecuestre Curro Calderón, una iniciativa del anterior equipo de Gobierno pero que no ha sido materializada hasta el nuevo mandato; un escueto, pero muy simbólico monolito erigido en la glorieta de la travesía urbana, a la altura de El Elefante Azul, lugar por donde, en vida, el jinete solía pasar camino de El Jadramil, donde la familia tiene el cortijo que siempre guardó caballos de gran valor.
El descubrimiento del monumento dejó el esperado sabor agridulce, porque su familia, su esposa, Nieves Macías, en particular, no pudo dejar de recordar a un padre, a un marido, más allá de la estela gloriosa que dejó Curro como campeón tantas veces en los alberos españoles e internacionales, casi siempre como experto en el arte de la doma vaquera. Maestro de caballistas, ejemplo a seguir…, fue la ocasión, por tanto, para recordar a un buen hombre.


De las palabras de bienvenida se encargó el alcalde de Arcos, Isidoro Gambín, para justificar el retraso del acto en el tiempo –debió inaugurarse hace meses--, ensalzar la figura de Curro Calderón y esbozar resumidamente su envidiable palmarés como campeón a lomos de su jaca. Quien fuera su esposa mencionó tímida y emocionadamente unas palabras de agradecimiento a los dos últimas corporaciones por el homenaje. Y es que Nieves, como la familia, sabe que el pueblo de Arcos admiraba en vida a Curro Calderón como una auténtica institución del mundo del caballo y como una persona que nunca dudó en colaborar con su ciudad. Autoridades, miembros de la Corporación, amigos, colegas aficionados al caballo y por supuesto lo que queda de su conocida familia, asistieron a un acto que, en lo anecdótico, alteró levemente la circulación de vehículos en la travesía al tratarse de un momento descubierto en plena rotonda, pero el buen quehacer de la Policía Local salvó con creces la situación.


Después de recibir un apropiado ramo de flores, Nieves Macías invitaría a una copa a los asistentes, ya en el centro hípico que lleva su nombre y cuyo funcionamiento hoy sería motivo de orgullo para su promotor. Su familia -esposa y tres hijos- se afana en sacar adelante un centro modélico por sus servicios de formación en el arte ecuestre y marcado por la huella de Curro Calderón.


A partir de ahora, arcenses y visitantes recordarán a una gran persona cada vez que pasen por El Elefante Azul; otros, los más nuevos, se preguntarán quién fue ese hombre…

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