Los embalses de la cuenca del Guadalete se encuentran actualmente al 75,53 por ciento de su volumen total, menos que en 2014 por estas mismas fechas, cuando se encontraban al 83,34 por ciento. Esto quiere decir que la cuenca registra actualmente 1.247 hectómetros cúbicos almacenados. Por pantanos, el de Arcos registra a fecha de 23 de junio un total de 13 hectómetros cúbicos, es decir, prácticamente está lleno porque su capacidad es de 14 hectómetros cúbicos.
El de Bornos, de tamaño mucho mayor, registra 128 hectómetros cúbicos, siendo su capacidad de 200. Los Hurones tiene 113 hectómetros cúbicos frente a los 135 totales, mientras que el embase mayor del término, el de Guadalcacín, mantiene 575 hectómetros cúbicos, siendo su capacidad total de 800 hectómetros. Esto en cuanto a los embalses del término municipal de Arcos, aunque el resto de embalses de la cuenca mantiene los niveles de hace prácticamente un año.
Los embalses siempre deben estar por debajo de su máxima capacidad para evitar la inundación de las riberas del río Guadalete como ha ocurrido en otras ocasiones ante situaciones de fuertes precipitaciones. Sin embargo, cuesta trabajo entender en ocasiones que, con lo poco que ha llovido, el agua vaya al río para aumentar su caudal y después “muera” en el mar. No obstante, a tenor de estos datos no habría que temer inicialmente por la falta de agua tanto para el consumo humano de la llamada Zona Gaditana como para el riego de los cultivos vigentes. Sin embargo, los ecologistas hacen hincapié en que, para evitar las inundaciones, es preciso mantener limpias las riberas, pero nunca dragar el río como se ha pedido otras veces, por ejemplo, desde determinados sectores de Arcos, sobre todo agricultores y vecinos rurales que temen por la inundación de sus parcelas; una situación que se ha agravado en los últimos tiempos en el vecino Jerez rural, donde las inundaciones de Las Pachecas, La Ina y otras zonas han estado a la orden del día.
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