Estado de austeridad

La historia social afronta un difícil panorama futuro, queda la esperanza de una generación joven que lleve el ejemplo que otros no supieron dar.

Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai

 La austeridad es inherente a la globalización económica de la  sociedad actual, fruto de las decisiones deliberadas de quienes redujeron la condición humana al anonimato. Las personas han perdido el dominio de las instituciones que dan fundamento a la estabilidad social; esta, al verse privada de la dimensión trascendente de representatividad carece de valor funcional, al ser absorbida por el oligopolio de unos cuantos cuyos nuevos valores de usos privilegian la glorificación del dinero. La deformación del sistema ha originado: paro, pobreza, impagos, desahucios, etcétera.

Los países de la OPEP en la década de los 80 obtuvieron grandes riquezas del petróleo, que las depositaron en los grandes bancos; en España la liberalización del suelo facilitó el boom de la construcción, lo que supuso el inicio de un gran endeudamiento a partir del año 2000. La banca pública se olvidó de los depositantes, pues se embarcaron en operaciones inmobiliarias con el dinero que obtenían de la gran banca, facilitando préstamos a muy largo plazo, con el alto riesgo que ello suponía, ante el escaso control normativo institucional, lo que llevaría a una situación crediticia sin precedente tanto a las familias como a las pequeñas empresas. En 2006, nos estábamos precipitando a una grave desaceleración de nuestra economía. Si bien los síntomas de la crisis aparecen en los EEUU en el verano de 2008 (caída de Lehman Brothers 15 de septiembre de 2008), la economía Europea, muy subordinada a Norte-América, se dejo arrastrar por la misma.

La abundancia de créditos hipotecarios, que en algunos casos, reportaban a los intermediarios financieros muchos millones en primas. Los paquetes de activos financieros con nombres muy sofisticados se vendían en el mercado mediante operaciones que reportaban grandes beneficios, a pesar que iban perdiendo valor real, creando una gran burbuja que terminaría por explotar. ¿Dónde estaban las instituciones que velaban por la lógica de los movimientos bancarios, el funcionamiento del sistema financiero y el equilibrio de las balanzas de pagos? Ahora nos toca cubrir los riesgos de las especulaciones financieras con nuestros impuestos. Desde Alemania se impedía que Mario Draghi financiara la deuda a los Estados directamente del BCE, actualmente el TC de Luxemburgo ha declarado la legalidad de la medida que empezó muy tarde a aplicarse sin la intermediación bancaria.

En mayo de 2010  se inicia el plan de ajuste impuesto por la CE, BCE y FMI que ha supuesto paro y pobreza en los sectores más vulnerables de la sociedad, que además, se vieron afectados por las medidas para apuntalar el cumplimiento del déficit con los recortes sociales, la eliminación de la clausula del ajuste salarial a la inflación con la consiguiente pérdida salarial, el equilibrio del gasto de las CCAA; entre otras medidas. Es cierto que la economía se recupera pero la deuda soberana no ha dejado de crecer. La austeridad se inicia en mayo de 2010, con el grave problema de liquidez, los distintos gobiernos eran muy conscientes de cuándo se iba a producir el cuello de botella del ciclo económico. La amenaza de la prima de riesgo y la subida porcentual de los intereses de la deuda, originará la aplicación de nuevos recortes. La aparición de partidos emergentes es una crítica profunda de la sociedad a los modelos de políticas practicadas. La historia social española afronta un difícil panorama futuro, queda la esperanza de una generación joven que lleve el ejemplo que otros no supieron dar; pesan décadas de silencios institucionales y contradicciones políticas.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN