¿Serviría en Europa el sistema de calificación de ciudadanos de China?

La serie de Black Mirror siempre consigue que su espectador reflexione, en especial con algunos capítulos como “Nosedice”, de la tercera temporada

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  • La Bolsa. -

La serie de Black Mirror siempre consigue que su espectador reflexione, en especial con algunos capítulos como “Nosedice”, de la tercera temporada. En él, nos sumergimos en una realidad paralela en la que existe una aplicación que combina Uber, Instagram, Twitter y Facebook. En ella podemos subir contenido multimedia y escribir textos, algo que a primeras no parece remarcable. El punto de inflexión llega cuando se explica para qué sirven los votos de las publicaciones de la app, que en este caso poco tienen que ver con los “me gusta” de las redes sociales convencionales. 

La puntuación media que se consigue en la app de este episodio mide nuestra calidad como personas. De este modo, si no conseguimos una mínima puntuación, no podemos acceder a ciertas compras o servicios. Este capítulo pretende exagerar la obsesión existente en las redes sociales por conseguir buena aceptación, la cual parece ir en aumento. Un ejemplo evidente de cuál es el poder de la red sobre nosotros es el sistema de puntuación de ciudadanos que pretende implantar China en el 2020.

El sistema de ‘raiting’ chino

Este sistema chino es por el momento es voluntario, pero dentro de tres años será obligatorio. Cada persona contará con una puntuación determinada que se obtendrá a través de diferentes factores, y ésta será la que “decida” si un usuario es apto para algo determinado o merece adquirir cierto producto. Por un lado, los ciudadanos contarán con las puntuaciones de los créditos Sésamo. Éstos, creados por Ant Financial, determinarán si el usuario gasta su dinero sabiamente y si sus hábitos son dignos o no del Estado. En función de ellos, tendrá más o menos nota. Si una persona tiende a tener multas de tráfico, por ejemplo, tendrá peor nota.

Los ideales también se tendrán en cuenta con la nota de “confianza”. Un ciudadano que demuestre en sus búsquedas de internet un pensamiento fiel al gobierno será premiado. Por el contrario, aquellos que se interesen por ideologías contrarias o lo critiquen (esté o no fundamentado), recibirán mal puntaje. Esto también se aplica a las redes sociales, así que podemos suponer que el gobierno estará pendiente de los chats, ya sean privados o no. En consecuencia, se entiende que las personas pasarán a ser valorables de la misma forma que un producto de Amazon.

El sistema de puntos no es nuevo

Sin embargo, por frío y sorprendente que pueda parecernos, tenemos que tener en cuenta que puntuar a la gente no es algo nuevo. Hace setenta años que Bill Fair y Earl Isaac inventaron las puntuaciones para obtener créditos bancarios, las cuales son todavía utilizadas para determinar ciertas situaciones económicas. Algunas compañías, para asegurarse su cotización del Ibex 35, usan este tipo de notas en empresas. Las puntuaciones para aventurar datos económicos no solo sirven para controlar los créditos o la cotización del Ibex 35, sino que también son una útil herramienta para decidir cuál es el mejor momento invertir en productos o bienes.  

En Europa, el control de los usuarios que pretenden solicitar créditos o servicios similares en una entidad bancaria es algo usual, pero un sistema de calificación de ciudadanos como el que pretende implantarse en China resulta impensable.

En una comunidad que actualmente disfruta de libertad de expresión en general, sería inconcebible que el gobierno aplicase restricciones como las comentadas. No obstante, para ver si este sistema funciona o no en China, tendremos que esperar unos años. 

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