El curso no ha hecho más que empezar en los colegios y ya se registran las primeras incidencias que afectan al estado de las instalaciones. El pasado viernes tuvo lugar en el colegio San Miguel el desprendimiento de algún cascote de la cornisa del edificio, una situación que aparentemente no es grave pero que lógicamente afecta a la seguridad del alumnado y del profesorado.
Por lo pronto, como primera medida, el Ayuntamiento ha procedido al vallado del perímetro del edificio principal del centro. Sin embargo, los padres y madres entienden que son medidas provisionales y que carecen de un certificado de seguridad, asunto que está en trámite por parte del Ayuntamiento como apuntaba ‘in situ’ el alcalde, Isidoro Gambín, que a tal efecto ya se ha puesto en contacto con los técnicos de la Junta.
Ante esta situación, las familias han decidido que sus hijos no entren en clase y así presionar a las administraciones, aunque el alcalde señala que la competencia en este caso es de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, que debe certificar las medidas de seguridad puestas en marcha. Además, el alcalde se comprometió sobre el terreno a instalar una cubierta sobre el vallado para mejorar la seguridad. Antes, los bomberos realizaron un saneamiento de la zona afectada por el desprendimiento para evitar nuevas caídas.
No obstante, Isidoro Gambín comprende y comparte la preocupación de las familias y se muestra respetuoso con su decisión.
Así las cosas, el problema solo encontrará una solución en el tiempo, pues ahora deben abrirse los plazos correspondientes para la ejecución de los trabajos, los cuales se podrían tramitar vía urgencia para realizarse en torno a diciembre próximo.
El director del centro, Manuel Rivas, manifestaba que el problema de seguridad originado es compartido por el claustro, pero también aludía al compromiso municipal de intentar acelerar en la medida de lo posible los trámites que desemboquen en una actuación sobre las instalaciones.
La presidenta del AMPA, Francisca Archidona, expresaba ante este medio la preocupación de la comunidad educativa, una vez que el propio director del CEIP San Miguel les explicó la situación el pasado lunes coincidiendo con el inicio del curso.
Las cornisas, en el alero
Si bien ya es conocido por la opinión pública el caso del CEIP Maestro Juan Apresa, donde a finales del pasado curso se vivió un episodio idéntico, también se han desprendido elementos de la cornisa del edificio del CEIP Alfonso X El Sabio, en el Barrio Bajo. En todos los casos, son edificios que arrastran casi cincuenta años de antiguedad y en los que las tareas de mantenimiento han brillado por su ausencia, como ha admitido el alcalde.
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