El culebrón del centro comercial ‘Jaén plaza’, del grupo Alvores, parece que entra en su desenlace, después de una trama más propia de las novelas del Romanticismo. Ayer, los responsables de la firma, junto al alcalde y un nutrido grupo de concejales, dieron la salida a una carrera que aún durará algo más de un año, pero que será beneficiosa. Con los primeros movimientos de tierra vuelve a resurgir el debate de centro comercial, versus, pequeño comercio, un debate estéril que niega a Jaén lo que es bueno para otras capitales de provincia. La capital y toda su área de influencia podrán disfrutar al fin de un centro comercial moderno, que no solo no vaciará la ciudad en fechas señaladas en busca de otras ofertas, sino que atraerá a buena parte del área metropolitana y del resto de la provincia. Por supuesto, no vendrán mal actuaciones para el comercio tradicional, sobre todo haciendo más apetecibles sus calles y su entorno, pero deberán ir acompañadas de un cambio de actitud de una gran parte de los comerciantes, que deberán esforzarse por modernizarse y atraer a una gran masa de foráneos que, con toda seguridad, también se acercarán a disfrutar de la ciudad, de sus terrazas y bares y de la incipiente oferta turística.
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