Ciudadanos ha calcado la estrategia que tan buenos resultados le dio hace justo un año. Como entonces, el grupo que lidera Juan Marín en el Parlamento andaluz colocó la reforma fiscal en vanguardia de las exigencias a la Junta a cambio de inclinar su voto favorable a los Presupuestos de la comunidad. Ese nuevo alivio a los bolsillos de los ciudadanos es un argumento que cuadra con su programa electoral y resulta muy rentable ante el electorado: la formación naranja dará el sí a las cuentas públicas de Susana Díaz cuando lleguen al Parlamento, pero a cambio arranca al Gobierno autonómico el compromiso de que a lo largo de 2017 el IRPF se “armonice y equipare” con los tramos del resto del país.
Ya ocurrió en los últimos meses de 2016, cuando C’s tiró de la cuerda y logró que la Junta, al principio reticente, aceptase una rebaja de hasta dos puntos en el tramo autonómico del IRPF para contribuyentes que ingresaran menos de 60.000 euros anuales. A la Consejería de Hacienda le costó aceptarlo porque se le esfumaron 120 millones en ingresos, pero a los de Albert Rivera les permitió sacar pecho porque según sus cálculos la medida dejaba entre 82 y 138 euros en las carteras.
La medida consensuada ahora está pendiente de cuantificar, pero permite a C’s presumir de nuevo de que trabaja para recortar la presión fiscal en Andalucía y de que arranca concesiones al PSOE. En total, alardea desde hace días Juan Marín, la presión a la que dice someter a la Junta se traduce en unos 1.400 millones de euros de impacto positivo, el doble que hace un año. En ese paquete incluye el incremento en la partida de Sanidad (casi un 5,5% más que en 2016) y partidas tan dispares como la culminación de la autovía del Olivar y la del Almanzora, el arranque de las obras del puerto seco de Antequera y la actualización de baremos en la asistencia jurídica gratuita. El pacto político se firma este mismo jueves.
Montero versus oposición
La consejera de Hacienda y Administración Pública, María Jesús Montero, llegará este viernes al Consejo de Gobierno extraordinario con los Presupuestos bajo el brazo y saldrá de él con el proyecto aprobado. Ayer recordó que el texto “está abierto, no sólo al PP, sino también a Podemos e IU” porque su intención es recabar el máximo apoyo, pero asumió que la “interlocución prioritaria” era Ciudadanos porque fue el grupo que ya les permitió salvar el trámite de las cuentas públicas el año pasado y, cómo no, el que sustenta desde hace un año al Gobierno de Susana Díaz.
Hasta ahí los consensos, porque la oposición clama contra lo que cree una ocultación de datos. Si se cumplen los augurios del PP, el texto que se apruebe el viernes no se conocerá hasta que sea remitido el lunes al Parlamento y, por lo tanto, no podrá activar durante días la maquinaria de la queja. Frente a ello, los populares presentan hasta 25 ofertas de diálogo.
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