Los juegos clásicos han demostrado su jugabilidad y valor al permanecer en el mercado sin importar el tiempo de su creación.
Las formas de entretenimiento han cambiado con el pasar de los años y la evolución de la tecnología, además de la inclusión de nuevas formas de comunicación. Apenas veinte años atrás, los juegos de mesa eran la mayor fuente de diversión para toda la familia, en la actualidad aún lo son, pero se han diversificado en los nuevos medios tecnológicos, haciéndolos más accesibles y fáciles de jugar.
El Internet y las páginas de juegos han ofrecido una nueva vida y han reinventado juegos clásicos, un simple ejemplo es parchis online con Playspace, domino, o los juegos de cartas tipo póker, blackjack, donde además de ofrecerlos en medios distintos al físico, le elimina la limitante de tener que reunirse en un grupo de personas para jugarlo y ofrece la posibilidad de hacer partidas multijugadoras con personas en distintos países, en cualquier momento.
Los juegos clásicos se han convertido en una nueva versión de videojuegos, que pueden accederse desde cualquier parte, por móvil u ordenador, y sirven para distraerse en momentos de aburrimiento o de espera. En el caso del móvil las aplicaciones de juegos son unas de las más utilizadas.
La clave de la vigencia de estos tipos de juegos, y el motivo por el cual se estén multiplicando tanto en las tiendas de apps de los móviles como en las páginas web, es su jugabilidad. En la mayoría de los casos son juegos sencillos pero que atrapan a los jugadores, sin importar el tiempo que lleven existiendo en el mercado. De hecho, muchas veces la forma de jugarlo pasa de generación en generación y cada país tiene su propia metodología.
La reinvención de los juegos clásicos en la tecnología va más allá de los juegos de mesas, antiguos juegos como Space Invaders, la clásica Snake, Frogger, Tetris y Pac-Mac (o Comecocos) han logrado posicionarse en la nueva tecnología y ser opciones populares en los usuarios con móviles inteligentes y ordenadores, que quieren solo pasar el rato.
La inclusión de juegos clásicos sigue aumentando porque su proceso de adecuación no es muy costoso lo que lo vuelve muy atractivo, y ser retro no significa que pierda algún valor, más bien le otorga un extra, ya que su existencia actual demuestra su valor.
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