Jerez

“Estoy muy orgullosa de haber ganado con un menú de mi tierra”

Virginia Naranjo, la flamante vencedora de Masterchef 4, atendió a Viva Jerez desde Madrid tras la emisión de la gran final

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“Mañana (por ayer jueves) está allí el premio en Jerez a las once de la noche”. Son las primeras palabras al otro lado del teléfono desde su hotel de Madrid de Virginia Naranjo, la otra mitad del tándem Virginia-Raquel,  #gemelasteam en redes sociales, o “las gemelas de Jerez”, tras desvelarse en una final que siguieron casi 3,8 millones de espectadores que la jerezana de 39 años era la ganadora de Masterchef 2016.


Son casi las dos y media de la madrugada, y esta ama de casa atiende a Viva Jerez después de vivir otra noche mágica que disfrutó desde los cines Kinépolis de Madrid,  donde la familia de Masterchef y de la propia Virginia siguieron la emisión de la gran final. Al fin podía decirlo: la jerezana, que ha presumido de su tierra como nadie desde el primer minuto de sus castings hasta el último de este espacio,  que se despidió con un ¡viva Jerez!, se convertía oficialmente en la mejor cocinera amateur de España tras imponerse a Ángel y lo hacía con un menú en el que rendía homenaje a su tierra y a sus vinos. Mejor imposible. Además de tener ya en su poder el título de ganadora de “Masterchef 4”, se hacía con un premio en metálico de 100.000 euros, la publicación de su propio libro de recetas y un máster en Cocina Técnica y Producto del Basque Culinary Center, en San Sebastián, la primera universidad culinaria de España.


Una vez que empieza a digerir toda la locura de estos tres meses de aislamiento y todo el mundo sabe que fue ella quien conquistó el paladar del estricto jurado, es cuando está siendo consciente de lo que ha logrado. “Ahora es cuando me estoy creyendo un poco que soy la ganadora. Era muy difícil, yo creí que iba a ganar Ángel.  Estoy muy contenta, muy orgullosa de haber ganado con un menú de mi tierra, con mis sabores y con todo lo que he aprendido en Masterchef”, señalaba con solo varias horas por delante para descansar antes de una jornada maratoniana de entrevistas desde las 7.30 de la mañana que empezaría en la radio con otro paisano, Jaime Cantizano. Ya el mismo miércoles, también coincidió con Paco Lobatón en los estudios de TVE. “Fue el primero que vi nada más llegar y se puso muy contento, nada más verme me dijo “viva Jerez”.


Ha pasado ya un mes, pero a Virginia le resulta imposible olvidarse de cómo vivió esa gran final y “lo estresante” que resultó su última prueba en los fogones. “Había poco tiempo, muchas elaboraciones en dos horas,  pero que estos maestros –por Martín Berasategui, Pedro Subijana y Juan Mari Arzak- se estuvieran comiendo mi comida era muy fuerte, porque yo sabía que eso no me iba a pasar más, que ellos no iban a venir a mi casa a probar mis platos”.


Ella lo tenía decidido si llegaba a la final: el suyo tenía que ser un menú del sur que materializó en una receta compuesta por anchoa marinada con velo de fino y placton, presa de cerdo al oloroso y tocino de cielo ”en cada casa de Jerez se hace uno diferente”, explicó al jurado- con velo de leche y cítricos. Unas propuestas con las que consiguió transportar incluso a la “niñez” a estos catadores de excepción. Los mismos que  se rindieron ante su “ingenio” y la joya de una “materia prima” tan potente como los caldos jerezanos.


“Tenía claro que tenía que ser un menú de aquí, porque es de donde soy y lo que me gusta. Cataluña es preciosa, pero donde he cocinado es aquí y los andaluces nos vendemos tan mal, se lamenta. “Que se sepa que Andalucía existe, y que aquí hay gente muy buena”, señala,  sin dejar de reivindicar el papel de las amas de casa en la cocina, a las que también ha homenajeado junto con su hermana Raquel durante todo el concurso. “Son las que más cocinan de mundo, por la mañana, a media tarde, por la noche..así lo he aprendido todo”.

“Montaremos algo en Jerez”
¿Y ahora qué?No lo duda ni un momento y casi siempre emplea la primera persona del plural. “Ahora a prepararnos y a estudiar”, pues va “a muerte” con su hermana Raquel, a la que considera “mi mano derecha”. De momento, tendrá que separarse otra buena temporada de la familia a partir de septiembre  pero esta vez será diferente. “Estos tres meses lo he llevado mal, ha sido lo peor de Masterchef: estar sin contacto con mi familia, sin poder hablar por teléfono... Y, sí, es verdad que tenía a mi hermana, que era algo muy importante, pero llevaba 20 años sin vivir con ella en casa, allí había dejado a mis hijos y a mi marido”.


De lo que no tiene duda es de que su futuro está en Jerez, y allí es donde establecerá su negocio. “Montaremos algo en Jerez. Ahora empieza nuestra nueva vida. Vamos a colgar la fregona y la escoba, y vamos a coger la sartén, el cuchillo y el sifón”. De momento, la semana que viene sale su primer libro con sus recetas de cocina y después del verano se irá a hacer el máster,  al que le seguirán unas prácticas para la que voluntarios no le faltan. “Dani García me dijo antes de ganar que me fuera a su cocina, yo estoy dispuesta a ir a donde me inviten”.

La promoción que necesitaba Jerez

A las constantes referencias a Jerez de las dos hermanas, hay que sumar la visita de José Mercé y Ángel León al plató, y la grabación de un programa en Los Alburejos con Álvaro Domecq  y a una bodega jerezana.

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