Ocurre siempre en la vorágine de la información más inmediata: los asuntos urgentes acaban por relegar al cajón del olvido a las cuestiones de calado; como canta Fito Cabrales: “Ojalá me hubiera dado cuenta antes, no siempre lo urgente es lo importante”. Los temas de alto voltaje social a los que hay que recurrir para que no se olviden, para que los mecanismos sociales no decaigan en su solución.
Algo así ocurre con la lucha de los integrantes de la Asociación SOS Bebés Robados de Huelva.
Cinco son los años que lleva la asociación buscando respuestas, pero sobre todo, apelando a la necesidad de saber la verdad.
Por eso no es de extrañar que por parte de Esperanza Ornedo, la presidenta del colectivo en Huelva, y de la propia asociación, no se haya cejado en la actividad, aunque pueda parecer lo contrario, aunque ella misma reconozca que lo que sí ha dejado es de publicar las novedades, para ver si este silencio aceleraba las cuestiones pendientes o suavizaba la acidez de quienes tienen que resolver.
Pendientes todavía después de tanto tiempo de la modificación del criterio de la Audiencia Provincial en Huelva, que dio portazo a una investigación que iba muy avanzada, con 18 imputados en Huelva cuando todavía no había en España ningún imputado, y pese a que se dieron por prescritos los casos al no considerar la justicia que se tratara de detenciones ilegales, y que por lo tanto el asunto estaba prescrito, siguen peleando por modificar las normas para que se reabran esas investigaciones, claro que para ello, se necesita arreglar las cosas a través del Tribunal Constitucional que debería dar la orden para modificar el criterio, una orden que también podría venir del Supremo, porque el TC también ha inadmitido los casos presentados a los que “se ha dado la espalda”, algo que solo se soluciona en el Supremo, pero que no se puede hacer en la actualidad, hasta que no se modifique la Ley de Enjuiciamiento Criminal en este aspecto, como reclaman desde SOS Bebés Robados.
Por eso también se ha apelado a la ayuda de los partidos políticos, que deben mostrar más sensibilidad con este asunto y deben dar el paso de legislar para favorecer unas acciones que nacen directamente de la necesidad de humanidad.
No se han quedado quietos pues, asegura Ornedo, nada les ha parado, así, reconoce que ha trabajado tanto en cinco años que no quiere que lo hecho se quede ahí, ante la realidad de que alguno se desanime o se desmotive; ella intenta animar y que la gente no se venga abajo; Ornedo sigue y asegura que quien quiera que le siga. Para ello hay que tener el convencimiento intacto, pese a que también ha tenido sus bajones: “Un día estás por el suelo y otro dices: no y me doy fuerza y ánimo”. El combustible en su caso, es la búsqueda de su hermana, que llegue el día de encontrarla, saber quién es, y que sus padres puedan descansar, porque ellos son los que más sufren. Esa búsqueda de una hermana nacida en el año 1968 que le ha motivado hasta ahora. Buscando niñas adoptadas que puedan coincidir hasta dar con la verdad. Ha tratado por ello con muchas dentro y fuera de España, aunque sin coincidencia en el cotejo del ADN.
Tiene claro que hay una dificultad añadida porque muchos de estos supuestos bebés desaparecidos o cambiados están inscritos como biológicos, y le constan informaciones reales que no puede desvelar, que apuntan en esa dirección; también los hay como adoptados, pero no faltan además, las adopciones con irregularidades, en las documentaciones. Pero los más problemáticos son los inscritos como niños propios, biológicos, sin serlo, niños que a día de hoy no saben nada, creen que son de sus padres pero no conocen nada más, y para hacerlos despertar siguen desde la asociación con continuos llamamientos, para que despierten, bien por una conversación oída de pasada, que ha motivado que algunos por su cuenta investiguen, o a través de discusiones familiares y venganzas que han llevado al os padres a hacérselo saber; son casos que sí salen, pero si se vive en la ignorancia, sin indicio alguno, es complicado, pese a que existen “documentaciones falsas”.
Cada caso es un mundo. Algunos tienen conocimiento de lo ocurrido aunque pueden estar callados por miedo a perder a sus hijos, o a que estos les den la espalda, el miedo hace mucho. Y no lo entiende,porque la investigación está cerrada y el tema judicial es nulo, porque el juez lo ha considerado prescrito, por eso no entiende el miedo, cuando no pasa nada.
Sinsabores judiciales y necesidad de ayuda
Han pasado cinco años y pico desde la creación de una asociación que por encima de todo, se maneja con el factor humano como referencia, en la que la lucha viene motivada por la necesidad de aclarar unos oscuros casos de desaparición de niños, de cambio de manos, de entrega a padres de mentira, con estos centros sanitarios señalados en Huelva: la Residencia Sanitaria Manuel Lois; el Hospital Provincial de La Merced; la clínica Privada de La Merced; el Infanta Elena; la clínica La Milagrosa; la clínica del Carmen y la clínica San Vicente. Con 87 de los casos que pertenecen al Hospital Manuel Lois de Huelva, 25 al Hospital Provincial de la Merced de Huelva, cinco a la Clínica Privada de la Merced y tres de los casos que pertenecen al Hospital Infanta Elena de Huelva (entre ellos el caso 2001 presentado al Tribunal Constitucional).
Pero estos son cifras y datos, que no son capaz de poner rostro ni solución a las necesidades humanas que están de trasfondo en este asunto. Por todo ello, en SOS Bebés Robados tienen la necesidad de que la gente contacte con ellos y de que quien pueda y esté dispuesto, aporte cualquier información que permita enlazar cosas, tirar de un débil hilo, que como en el caso de Esperanza Ornedo, esclarezca qué paso con su hermana en marzo de 1968. Le urge tanto como a los más de 150 asociados en Huelva a SOS Bebés Robados, que cuentan con la losa de moverse a contrarreloj, ya que los padres y las madres envejecen y no saben si llegarán algún día, antes de que sea tarde para siempre, a conocer la verdad.
De momento, en estos cinco años han mantenido diversas reuniones al máximo nivel: directores generales, ministros, presidenta de la comunidad, líderes políticos, sin nada concreto. 
De ahí que los siguientes pasos pasen por ver si sirven para algo las reuniones pendientes en Sevilla, una de ellas con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz.
Mientras tanto, los reencuentros animan, pero han sido escasísimos, y aunque tienen la certeza de que en los próximos meses van a pasar cosas (que no pueden anticipar) que cambiarán la situación, la realidad sigue ahí tozuda, como una losa.
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