Desde su salida, la esperanza del aficionado bético siempre ha sido la de saber si algún día, Joaquín Sánchez se volvería a enfundar la elástica de las trece barras.
En aquel verano de 2006, el futbolista gaditano, con una Copa del Rey y una clasificación para disputar la Liga de Campeones a sus espaldas un año antes, emigró a tierras valencianas por una montante de 25 millones de euros con la idea de seguir creciendo.
A partir de ese momento, la proyección del exverdiblanco no terminó siendo la deseada por el propio jugador, que pese a vivir algunos momentos de gran estado de forma, a nivel de títulos y reconocimiento internacional, no fue todo lo que se podía esperar.
Y es ahora, a punto de cumplir los 34 años de edad el próximo mes de julio, cuando Joaquín, quien atraviesa ahora por una segunda juventud en su vida futbolística militando en la Fiorentina, próximo rival del Sevilla FC en la Europa League, se plantea una posible vuelta; en sintonía con el Betis, el club de sus amores, y más aún tras la llegada a la dirección deportiva de Eduardo Macià.
Pues el valenciano fue precisamente quien apostó por su fichaje formando parte de la entidad italiana dos temporadas atrás y que sin duda, va a intentar que el hijo pródigo retorne a la que fuese su casa durante tantos años para deleite del beticismo.
No será una empresa fácil, pues Joaquín se encuentra a día de hoy muy integrado en el proyecto del cuadro violà y su familia, bastante asentada en la ciudad.
Por otro lado, el sueldo que percibe el del Puerto de Santa María en la Fiore tendría que verse disminuido como condición indispensable, al margen de que todavía le resta un año de contrato. Veremos.
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