Sociedad

Los obispos españoles reiteran su \"reconocimiento, gratitud y el ejemplo\" de Pajares y García Viejo

\"Nos hace sentirnos orgullosos, por un parte, de nuestros misioneros\" por que son \"el rostro más bello y más de lanzadera de punta de la acción de la Iglesia con los más desfavorecidos y en la acción evangelizadora, ha explicado

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El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, ha reiterado este jueves el "reconocimiento, la gratitud y el ejemplo" que han supuesto los religiosos de Miguel Pajares y Manuel García Viejo, miembros de la Orden de San Juan de Dios fallecidos a consecuencia del virus del ébola, por haber "entregado su vida por los más necesitados en esa catástrofe humanitaria que está ocurriendo en África occidental".

   En una rueda de prensa celebrada esta mañana en la sede de la Conferencia Episcopal Española en Madrid para informar sobre los temas abordados en la última reunión de la Comisión Permanente, Gil Tamayo ha animado a sentirse "solidario con quienes más sufren" por lo que ha llamado la atención para que la sociedad española y las comunidades cristianas hagan "todo lo posible" para mirar con un "verdadero profundo sentido de solidaridad" el drama que está sufriendo.

   Dicho esto, ha indicado que ayer recibió una carta del superior general de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, Jesús Etayo, en la que agradecía a la CEE y a sus obispos su "cercanía". "Se pone, ante la sociedad, de manifiesto el gran bien que está haciendo en favor de los más necesitados", ha enfatizado.

   "Nos hace sentirnos orgullosos, por un parte, de nuestros misioneros" por que son "el rostro más bello y más de lanzadera de punta de la acción de la Iglesia con los más desfavorecidos y en la acción evangelizadora, ha explicado.

   Según ha precisado, el padre Jesús Etayo señalaba en su misiva que "su vida entregada hasta el final, como la de los demás hermanos y colaboradores de la Orden de San Juan de Dios que han fallecido por esta misma causa, son una voz profética para el mundo, para la Iglesia y para la propia familia Hospitalaria de San Juan de Dios".

   "Son el despertador que nos llama a vivir con mayor exigencia nuestra consagración y nuestra entrega al servicio de las personas frágiles y vulnerables", ha remachado Etayo.

   Finalmente, Gil Tamayo ha agradecido a la Comunidad de Madrid y al Gobierno central su "ayuda prestada" y que hayan traído a España "a estos dos misioneros españoles, aunque el resultado final, por desgracia, haya sido la muerte de estos dos hermanos".

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