La Semana Santa de El Puerto está llena de contrastes como los de ayer Martes Santo. Capas rojas y redobles de tambor inundaban la Plaza de España a las 18.45 horas de la tarde; cirios ‘tiniebla’ en el cortejo del Cristo de la Misericordia y sones venidos desde Málaga, con la Banda de Cornetas y Tambores Rosario de Arriate, que se oyeron a la salida del Señor muerto en la Cruz; tras el Himno, las marchas “Ten Piedad” y “Verde Esperanza” arrancaron los aplausos del numeroso público que se encontraba en la plaza… los costaleros a paso lento, comandados por Manolo Ganaza y Miguel Ángel Guareño, se alejaron por calle Vicario; el cortejo de Palio continuó saliendo hasta que por el dintel de la Puerta del Sol asomó el coqueto palio de Nuestra Señora de la Piedad. La marcha “Virgen de la Piedad”, compuesta por el portuense Abraham Padilla e interpretada por la Banda de Música del Nazareno de Rota, recibió a la Madre. Bella y tradicional estampa del Santísimo Cristo de la Misericordia recuperando su paso por la Plaza del Castillo y calle Cañas.
A las 20.15 la plaza quedó muda: las capas y el color rojo se tornaron en morado y la única ‘música’ que se escuchaba era el silencio y el golpe de la horquilla de hierro acompasada; salía el Dolor y Sacrificio, la hermandad del Barrio Alto; filas de hermanos precedían a las andas de Jesús Cautivo, que lucía espectacular con su túnica morada bordada.
La Virgen del Dolor, vestida por David Calleja, se nos mostraba magnífica sobre su manto de claveles blancos. Se acercó, ya bien entrada la noche, a la calle Espelete donde, en una hornacina, se ha colocado un busto - realizado por José Manuel Larios- de esta imagen de cabeza inclinada y manos entrelazadas. El Cautivo y la ‘Virgencita’ del Dolor son recibidos con devoción por los vecinos que esperan cada año para rezarles y pedirles para que pasen pronto los agobios del día a día.
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